Necesario recuperar la amabilidad en casa e instancias públicas para erradicar la violencia: Arquidiócesis de México

La Iglesia Católica lanzó ‘Empresas por la Paz’ para combatir la violencia, corrupción e indiferencia en algunos sectores del empresariado mexicano



Foto: Cuartoscuro.com

La iglesia católica cuestionó el que, ahora que es tan socorrido acudir a los pueblos originarios para cuestiones políticas como la invocación de los dioses para la sanación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “no se hubiera invocado al Espíritu Santo. No se pudo, pero ahí está”, dijo Francisco Javier Acero Pérez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.

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Por ello, durante la presentación de la iniciativa Empresas por la Paz, pidió que se recupere la amabilidad entre las personas, que ello puede provenir desde la casa y en los espacios públicos como “el Congreso, el Senado o la Presidencia de la República“.

Aseveró que la paz es un proceso y no tiene caducidad, porque ésta empieza en el corazón de cada uno, y en estos momentos hay mucha violencia y agresividad en las calles, por lo que el proceso de paz tiene que permear por todo el país.

En ese sentido, el padre Jorge Atilano González Candia, director ejecutivo del Diálogo Nacional por la Paz, aseveró que esta iniciativa, que ya tiene dos años de existir y que acompaña a “Empresas por la paz“, existirá mientras haya violencia en el país.

Señaló que Empresas por la paz es un reconocimiento de buenas prácticas de compromiso social, que “representa una apuesta concreta por romper con prácticas normalizadas de violencia, corrupción e indiferencia que han caracterizado a ciertos sectores del empresariado mexicano.

“En su lugar, propone la construcción de entornos laborales donde la corresponsabilidad social sea una práctica cotidiana”, dijo ante el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), Octavio de la Torre; Javier Solana, representante de la Unión Social de Empresarios de México (USEM), y la expresidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Esperanza Ortega.

De esta forma, se precisó que Empresas por la paz no es una certificación, sino un reconocimiento al compromiso ético con México.

Octavio de la Torre subrayó que “este reconocimiento no es un adorno: es un compromiso público, verificable y profundamente humano. La paz no solo es sostenible, también es rentable. Cuando una empresa y negocio familiar abraza la inclusión, el diálogo y la justicia, transforma su entorno y fortalece a su comunidad“.

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La iniciativa articula dos rutas de acción: la agenda nacional que es la colaboración con autoridades y comunidad para promover justicia cívica, prevención de adicciones, reconocimiento a policías locales, participación en reinserción social y acompañamiento a víctimas. Impulsada en coordinación con líderes religiosos, organizaciones civiles y gobiernos locales.

Y la agenda local (dentro de la empresa), que considera la resolución pacífica de conflictos, ambiente laboral sano, política salarial justa, inclusión, seguridad ocupacional, transparencia, cuidado ambiental y arraigo comunitario.