A Pato O’Ward no le fue sencillo volar por los cielos del Autódromo Hermanos Rodríguez. El Gran Premio de la Ciudad de México contó con la presencia de dos pilotos mexicanos durante la primera práctica libre, debido a que McLaren dio la oportunidad al conductor tiempo completo en IndyCar de pilotar el MCL38, considerado en este momento el mejor auto de la máxima categoría. De esta manera, Checo Pérez volvió a tener un compatriota en la pista.

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La afición presente en el inmueble para esta primera sesión de ensayos del México GP tuvo que dividir por primera vez en mucho tiempo sus aplausos y ovaciones. El Foro Sol —hoy llamado Estadio GNP por temas comerciales—se convirtió en un hervidero de emociones al presenciar a dos compatriotas en la categoría reina del deporte motor. Y los gritos de “¡Checo, Checo!”, fueron alternados con los de “¡Pato, Pato!”, para respaldar a los dos locales.

La FP1 fue marcada por dos accidentes que provocaron banderas rojas en una trastabillada tarde en la capital azteca. Lidiar con menos presión atmosférica por la altura de 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar en que se ubica la CDMX es siempre un toro bravo al cual domar en estas sesiones previas a la carrera. De esta manera, fue George Russell quien mejor entendió el comportamiento de su Mercedes al parar el crono en 1:17.998, único que rompió la barrera del minuto 18.

Le siguió Carlos Sanz con 1:18.315 y luego Yuki Tsunoda de RB, quien selló la sorpresa de este inicio de actividades en el México GP con un tercer mejor tiempo al detener el crono en 1:18.699, con lo que superó al propio Max Verstappen de Red Bull, cuarto con 1:18.839.

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Checo fue el mejor de los dos aztecas al finalizar décimo con 1:19.094, una posición que no es para nada la deseada, pero que podría ser solo el reflejo de las primeras pruebas de su RB20 ya con piso de fábrica. De hecho, Pérez fue de los pilotos que más estuvo en pista, prueba de que quería tener el mayor tiempo posible en su auto para conocer su comportamiento.

Mientras tanto, el regiomontano de McLaren terminó en la posición número 13 con un crono de 1:19.335, superior a pilotos experimentados como Kevin Magnussen, Pierre Gasly y Lance Stroll, aunque eso sí, con un auto mucho más dominante que sus Haas, Alpine y Aston Martin, respectivamente.

O’Ward aceleró a fondo en el comienzo, será por ese frenesí de saberse en el momento más esperado de su vida al correr un Fórmula 1 en casa, pero no dejó pasar tiempo para mostrar sus mejores dotes al volante, ante la atenta mirada del jefe de equipo Zak Brown. Pero un choque de Kimi Antonelli en apenas la segunda vuelta, provocó la primera red flag de la sesión, lo que cortó el ímpetu del mexicano, que ya era quinto en ese momento, aunque aun sin salir todos los pilotos a pista.

Tras la reanudación, Pato intentó volar, pero sufrió los estragos de su inexperiencia y no logró tener el ritmo adecuado. El de 25 años de edad se codeaba en los últimos lugares y lucía un tanto molesto. De pronto, otra bandera roja a 37 minutos del final provocada por Alex Albon durante un toque con el Ferrari de Oliver Bearman hizo que su auto perdiera la parte trasera y terminara estrellado en el muro de contención.

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La práctica se reanudó, Checo comenzó a perder algo de punch, pero seguía sintiendo su auto y cómo se desenvolvía en el asfalto mexicano. Por su parte, O’Ward pudo acelerar lo suficiente en los últimos giros para que finalmente se quedara con el decimotercer mejor tiempo de la tarde. Una experiencia inolvidable para el regio, pero sobre todo, para una afición que se entregó al máximo a sus dos compatriotas.