PISA: el poder transformador de los datos

MAURICIO A. ALMANZA Los recientes datos del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), creado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentan un panorama alarmante para el estado de la educación a nivel global, especialmente en países de Latinoamérica como México, Colombia, Brasil y

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MAURICIO A. ALMANZA

Los recientes datos del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), creado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentan un panorama alarmante para el estado de la educación a nivel global, especialmente en países de Latinoamérica como México, Colombia, Brasil y Argentina.

Sin embargo, la discusión ha girado en torno a una percepción equivocada de la evaluación, como si se tratara de las “Olimpiadas del Conocimiento”, con la única finalidad de otorgar medallas a los países según su desempeño en las áreas de matemáticas, ciencias y lectura. Esto desvía la atención de la verdadera importancia: los datos y su interpretación.

PISA emerge a inicios del 2000 como una herramienta internacionalmente reconocida para recopilar datos de manera sistemática. Este enfoque fundamentado en evidencia ofrece una base sólida para la formulación y desarrollo de políticas públicas en el ámbito educativo, convirtiéndose en una herramienta invaluable para los tomadores de decisiones que buscan orientar sus políticas con precisión y efectividad. ¿Cuáles son los tres principales conceptos erróneos asociados con PISA y cómo los gobiernos pueden tomar acción?

  • PISA se centra exclusivamente en la evaluación de conocimientos:

ERROR: La evaluación no tiene como objetivo evaluar la capacidad de los niños para memorizar la fecha de la Independencia de México; su enfoque radica en fomentar el razonamiento crítico y comprender el entorno de cada estudiante. Cada prueba va acompañada de un cuestionario adicional diseñado para obtener información sobre el contexto en el que vive el estudiante, promoviendo así una evaluación integral que considera su entorno y perspectiva.

ACCIÓN: Comprender que el programa evalúa de manera sistemática a estudiantes, docentes y escuelas en más de 80 países y economías, brinda la oportunidad de establecer parámetros que facilitan a países con desempeños menos favorables, como México, aprender de las experiencias exitosas. Esto posibilita la implementación de medidas efectivas basadas en las lecciones aprendidas de aquellos países que han obtenido resultados positivos como Singapur.

  • La pandemia de COVID-19 provocó el “panorama alarmante”:

ERROR: Aunque la pandemia tuvo un impacto en la disminución, la OCDE sostiene que la tendencia a la baja en el crecimiento no puede atribuirse exclusivamente a este fenómeno, ya que se venía agudizando desde 2012.

ACCIÓN: En la evaluación de 2023, países de la región como Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Paraguay se destacaron al registrar un crecimiento en sus calificaciones, a diferencia de la tendencia observada. La organización explica que, aunque estos países tienen margen de mejora, demostraron un compromiso notable al progresar desde 2018, incluso enfrentando los desafíos de la pandemia.

  • Los datos proporcionados por PISA no transforman realidades:

ERROR: La prueba resalta problemas estructurales en los sistemas educativos, como la disparidad entre las habilidades matemáticas superiores en los niños y las habilidades de lectura superiores en las niñas. Esta discrepancia, a largo plazo, influye en las elecciones de carreras y contribuye a la brecha salarial de género. Un ejemplo adicional revela que el 8% de los estudiantes en países de la OCDE asisten a la escuela sin haber ingerido alimentos, lo cual repercute de manera adversa en su desempeño académico.

ACCIÓN: La organización ofrece a los gobiernos y al público en general no solo los datos sobre el rendimiento global de los estudiantes en las pruebas, sino también información detallada en otros aspectos. Este enfoque se refleja en un impacto tangible, respaldado por interpretaciones exhaustivas de todos los datos, lo que ayuda a los tomadores de decisiones en sus tareas.

En suma, los datos de PISA tienen el potencial de transformar los sistemas educativos. Sirven para hacer hojas de ruta; para asignar presupuestos; para generar acciones afirmativas. PISA es una inversión que hacen los gobiernos para tomar mejores decisiones. Los datos sí pueden transformar las vidas de los estudiantes y contribuir a que haya una mejor justicia social; si se toman en cuenta en la toma de decisiones.

Una nota adicional: la OCDE no es el Comité Olímpico Internacional, no confundir.

Internacionalista por el Tecnológico de Monterrey y asociado COMEXI

@MauricioAAlmanz