A partir de la premisa de que el maíz nativo sostiene una parte esencial de la identidad del país, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Plan Nacional del Maíz Nativo, cuyo inicio en 2026 abarcará a 677 mil familias pequeñas productoras en 437 municipios del sur y sureste del país.
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La primera etapa abarcará siete estados, lo que permitirá medir un incremento de 20 por ciento en rendimientos a partir de prácticas agronómicas básicas, manejo del suelo y uso de maquinaria ligera adaptada a las condiciones de la milpa, sin presiones de equipos costosos ni procesos industriales.
La estrategia prevé comunidades milperas integradas por 100 productores, acompañados por una promotora o un promotor que articulará saberes locales con asistencia técnica, y que a su vez estará vinculado con un técnico territorial para garantizar intervenciones de campo continuas y compatibles con los ciclos agrícolas específicos de cada región.
El planteamiento establece bancos de maquinaria para grupos de 10 productores, con reglas comunitarias de uso y mantenimiento que eviten inversiones individuales difíciles de sostener y que garanticen tiempos de siembra, deshierbe y preparación del terreno conforme a los ritmos de la milpa, sin afectar prácticas tradicionales de manejo.
Sheinbaum subrayó que miles de familias dejaron de guardar semilla para el siguiente ciclo y comenzaron a comprar híbridos, lo que redujo la reproducción del maíz nativo. Por ello, el programa busca recuperar la práctica de desgranar, resguardar y sembrar la propia semilla como pilar de la soberanía alimentaria.
María Luisa Albores González, directora general de Alimentación para el Bienestar, delineó una estrategia que incorpora a campesinos como núcleo del trabajo productivo y cultural, con una fase inicial que intervendrá municipios de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Yucatán, Campeche, Tabasco y Quintana Roo, para consolidar una ruta que garantice autoconsumo, crecimiento agronómico y excedentes con valor agregado.
El Instituto de la Economía Social participará en la organización de cooperativas de mujeres y grupos comunitarios para impulsar tortillerías de maíz nativo, con el fin de evitar que los excedentes dependan de intermediarios y puedan comercializarse a precios más altos.
La meta de largo plazo establece que para 2030 el programa abarcará a un millón 446 mil 293 productores en 29 estados, con un incremento proyectado de 50 por ciento en rendimiento y un sistema de compra directa que respaldará excedentes destinados a la transformación.

Foto: Cuartoscuro.com 


