Por chips, cae la venta de autos nuevos; vuelan usados

10, octubre 2021

POR AIDA RAMIREZ MARIN

La pandemia por Covid-19 afectó y distorsionó la industria automotriz, pues con la escasez de coches nuevos por la falta de semiconductores –que se han destinado a otros productos-, ahora varias ediciones de los seminuevos están sobrevaluados, hasta en 25 por ciento, con un sector contraído en alrededor de 80 por ciento, con varios establecimientos a punto de cerrar, y con la competencia más grande que se les ha puesto enfrente, por lo que el sector confía en ver normalizadas sus actividades tanto en producción y venta en la segunda mitad de 2022.

Y es que, la crisis por la escasez de semiconductores que empezó a afectar a la producción de la industria automotriz en el primer trimestre de este año, como consecuencia de los paros en la industria por los contagios de SARS-CoV-2, se volvió un círculo no precisamente virtuoso que alcanzó a las unidades seminuevas y a los introducidos de manera legal y a la “basura” proveniente de Estados Unidos.

En los locales de compra-venta de coches usados en territorio nacional, la afectación ha sido tal que, mientras unos alcanzan a tener unas 10 unidades, con uno que otro coche con más de dos años de espera a ser vendidos, otros que tienen más de 25 años en el sector y una docena de coches por vender, señalan que si la situación no se compone para finales de año, de plano cerrarán.

El presidente de la Asociación Nacional de Comerciantes en Automóviles y Camiones Nuevos y Usados (ANCA), David Plascencia Barrera, dijo a Ovaciones que, ante la escasez de coches nuevos en las agencias, los seminuevos se han encarecido según marca, año y versión.

Señala que los más comerciales, prácticos, utilitarios o que sirven como taxis de plataforma alcanzan hasta un 25 por ciento más en estos momentos, en el mercado de seminuevos; mientras que los premium o de alta gama se han apreciado entre 10 y 15 por ciento.

A la par, y como consecuencia de las medidas establecidas por el gobierno federal para evitar los contagios por el coronavirus SARS-CoV-2, señaló que hasta el momento ya se tienen alrededor de 50 negocios cerrados, de sus 450 agremiados en el país.

Ejemplificó que si en 2020, “por un decir, se vendieron mil unidades, se bajó a 20 en un año; si en un mes uno de los agremiados vendía 20, ahora posiblemente venda cuatro”.

Pero también, algunas empresas, con nuevos modelos de negocio como Kavak, están comiéndose el mercado, pues están pagando un poco más del precio “normal” a quienes deciden vender su coche, ya sea como consecuencia de perder su empleo y necesitar dinero, o ante la incertidumbre laboral y cambiar su coche por uno más barato, y no solicitar un crédito automotriz.

En tanto, señala David Becerra “nos tenemos que acoplar a las nuevas situaciones” en cuanto a la competencia, pero confía en que la situación se empiece a componer; “estos son los mejores meses para nosotros y seguro en enero se revisará la situación y se verá si algunos cierran o deciden seguir adelante”.

Adán García, de Autos Diagonal, explica que por ejemplo, un coche Aveo 2016 pero con rines de aluminio cuesta 145 mil pesos, cuando la misma versión el año pasado estaba en 135 mil pesos; en tanto que el mismo coche pero con rines de acero cuesta 140 mil pesos y hace 12 meses estaba en 135 mil pesos.

Un Gol 2016 austero sólo con aire acondicionado de 135 mil bajó a 125 mil pesos.

Comenta que los más cotizados son los Nissan y VolksWagen; las submarcas como el March, Ibiza y Vento son los más comerciales y económicos, y que muchos de los clientes llegan para vender su coche porque “ya están sin trabajo y requieren dinero, y algunos otros porque quieren cambiar por un modelo más reciente”.

En Automotriz Echenique, uno de los socios, Arturo Sánchez, aseveró que el mercado está más que contraído desde hace dos años, y con la pandemia la situación se puso peor, “porque ni siquiera se podía abrir”.

Aseveró que la compra y venta se ha vuelto esporádica.

Angélica Díaz, trabajadora en el establecimiento, comentó que hay coches como un Concord 2006, que tienen ofreciéndolo desde hace dos años, pero explicó que ello se debe a que en la actualidad quienes buscan un coche usado o seminuevo prefieren uno más compacto, que circule diario, que no tenga problemas con la verificación.

Sin contar con datos, en ambos negocios se coincidió que se incrementó la compra-venta de usados o seminuevos entre particulares, ante el cierre de las agencias y lotes de coches usados durante la parte más álgida de la pandemia.

VISLUMBRAN MEJORIA

Por su parte, Guillermo Rosales Zárate, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automóviles (AMDA), confió en que la afectación al sector por la escasez de semiconductores ya no llegue a niveles más bajos y que “de aquí hacia adelante, gradualmente podamos ir mejorando ese indicador”.

En entrevista con Ovaciones, consideró difícil tener una estimación certera para determinar en qué tiempo se normalizará la situación para tener el “stock” suficiente de coches para las ventas, que se estima para menos de un mes, pero “tenemos considerado que será al inicio del segundo semestre del 2022 cuando podamos ver una cierta normalización en la producción de vehículos a nivel global y que en México tengamos mejor calidad en cuanto al suministro”.

Se espera que a medida de que concluya la etapa de fin de año, correspondiendo a la estacionalidad de las demandas de otras industrias como son de equipos electrónicos, teléfonos inteligentes, pantallas, computadoras, viodeojuegos, “podamos ir con el inicio de 2022, recuperando mejores niveles de producción y hacia el segundo semestre podamos estar en niveles de cierta normalidad”.

Si bien la temporada de fin de año es una de las esperadas por el sector automotor, por la expectativa de venta de unidades por la recepción de aguinaldos, cajas de ahorro, entre otros, no se espera que la venta se detenga o se suspendan las ventas en piso en ninguna distribuidora de las marcas que operan en México.

“Seguimos teniendo producto para vender, se siguen recibiendo embarques. No podemos hablar de una suspensión o parálisis de operaciones, sólo de una disminución de vehículos que se están produciendo y, por ende, una mayor limitación en la capacidad que tenemos para surtir la demanda que se presente hacia el final del año esto es, noviembre-diciembre que es la mejor temporada de venta de vehículos”, dijo Rosales Zárate.

Por lo anterior, la expectativa de ventas al finalizar 2021 que se tenía al inicio de este año alcanzaba las un millón 070 mil unidades; en agosto pasado se redujo a un millón 060 mil, pero en la recta final del año se espera haber vendido un millón 050 mil unidades.

Indicó que en el periodo enero-agosto de 2021 se registró la venta de 680 mil 916 unidades nuevas, ya que en los primeros meses se tuvo capacidad de respuesta a la demanda por los considerables niveles de inventarios y abastecimiento que se tenían.

Y es que la industria vio un estancamiento de la demanda de unidades después de la reactivación del segundo semestre del año pasado, a pesar de la recuperación de la economía, que no alcanza a la confianza del consumidor, porque la misma recuperación económica es lenta, así como los niveles de empleo y de ingresos familiares, por lo que si bien hay una mejor condición de demanda respecto a 2020, se está en una inferior a la de 2019, y muy distante de los años récord de 2014 y 2016.

A la par, el directivo de la AMDA observó que la falta de unidades nuevas no ha beneficiado del todo la compra de unidades usadas de Estados Unidos y su ingreso legal, así como la oferta de unidades usadas nacionales.

“Hay un apetito incremental para vehículos usados seminuevos por las personas que encuentran difícil la adquisición de uno nuevo; sin embargo la insuficiencia de ellos ya abarca la oferta de seminuevos.

“Por lo que si una persona está interesada en adquirir un vehículo nuevo, pero para adquirirlo su plan de pago incluye dar como parte de la liquidación el vehículo seminuevo que utiliza, si no concreta la operación de compra-venta del nuevo, se va retrasando que entregue a la venta la unidad usada y, por lo tanto, va disminuyendo el inventario de los usados”, operación que se mantuvo hasta julio, pero desde agosto pasado se notan dificultades de encontrar seminuevos, lo que sucede en todo el mundo.

VEHICULOS USADOS

La situación alcanza a Estados Unidos, en donde uno de los productos que mayor incremento de precios ha registrado a nivel de toda la economía, de productos que integran la inflación, corresponde a los vehículos usados, que en julio pasado estuvo por arriba del 10 por ciento.

Por lo que la búsqueda complementaria de oferta dentro del mercado de vehículos usados en Estados Unidos, “no es tampoco un alivio para el mercado mexicano, si estamos hablando de vehículos legales, que cuentan con las características para circular”.

Y recordó que la introducción de unidades tanto por aduanas como de manera ilegal o contrabando, son vehículos que proceden de la basura de Estados Unidos, declarados pérdida total, de los que también se está viendo un incremento de precios.

De ahí que, señaló, se ha visto no una reducción, pero sí un estancamiento en el ingreso de ese tipo de vehículos a territorio nacional, ya que para el periodo enero-julio de este año se ingresaron legalmente 92 mil 364 unidades, que significó un incremento de 30.4 por ciento, tomando en cuenta que el mercado se vio afectado por el cierre de operaciones en 2019; mientras que mes a mes, en junio se importaron 14 mil 169 unidades y en julio anterior fueron 13 mil 751.

No obstante lo anterior, recomendó a los posibles compradores estar en contacto con el distribuidor de la marca de coche que pretenden comprar, para conocer la disponibilidad de las versiones de los modelos por los que están interesados y que pueda satisfacer los intereses del consumidor.

Guillermo Rosales señaló que si bien el inicio de la pandemia provocó la escasez de semiconductores por la suspensión de actividades en China, Asia, Europa y después Estados Unidos, Canadá y Sudamérica, en el reinicio de la actividades  industrial y comerciales como respuesta a la adaptación para convivir con la pandemia, la demanda de vehículos como de bienes de consumo electrónicos se incrementaron a niveles exponenciales que, de manera momentánea, superaban a la capacidad de producción, generando un primer desequilibrio.

Al mismo tiempo, la demanda por parte de empresas para el home-office, incrementó la compra de computadoras, teléfonos, pantallas, situación similar que se observó en los estudiantes que tuvieron que adaptarse a las clases en línea, al igual que la familia tuvo que recurrir a la compra de una pantalla adicional, consolas de juego, ya que su diversión se vio confinada a su casa, exponenciando el uso de los semiconductores.