¿Primera ruptura?

25, mayo 2023

PEDRO PEÑALOZA

La burguesía reina pero no gobierna. Karl Kautsky

La toma por parte de un destacamento de marinos de tres tramos ferroviarios concesionados a Grupo México, empresa de Germán Larrea, significó el primer enfrentamiento presidencial con uno de los hombres más ricos de México, para ser exactos, el segundo, después de Carlos Slim.

Recordemos quién es Larrea: millonario fruto de la herencia de su padre Jorge Larrea Ortega y favorecido por las concesiones oficiales. En 1994 fue ungido como presidente del Consejo de Administración y director general de Grupo México. Un antecedente importante: en 1988 la Compañía Minera Cananea, que después adquiere el nombre de Grupo México, compró las acciones gubernamentales de la quebrada minera La Caridad, lo que la convirtió en la principal empresa productora de cobre en el país.

Algo que no puede olvidarse es la explosión en la mina de Pasta de Conchos, que dejó un saldo de 65 trabajadores muertos. Donde la complicidad del dirigente Napoleón Gómez Urrutia y la displicencia del gobierno, permitió la impunidad del multimillonario. Ahora éste personaje, según Forbes, tiene una fortuna que asciende a 30 mil 850 millones de dólares, la cual sigue creciendo al ritmo de la explotación del proletariado minero. Es el típico parásito que tiene como brújula al dios del dinero.

Antes de este desencuentro con López Obrador, Larrea era un empresario aliado de los gobiernos en turno, incluido el actual. Su lógica, como la de otros como él, es muy práctica y cínica, mientras no tocaran sus intereses era un jugador silencioso. No olvidemos que el habitante de Palacio ha mantenido una política de acuerdos con la élite económica, incluso los convirtió en su comité asesor empresarial. Dejando en el olvido su “radical” combate a la “minoría rapaz”, prefirió consentirlos y no tocarlos ni con el pétalo de una reforma fiscal.

Es dudoso que el tabasqueño cambie su relación con los dueños del dinero. Ya en las últimas horas ya se anuncia un acuerdo de Larrea, quien tiene ¡trescientas concesiones del gobierno! Es previsible que pacte alguna salida con el potentado y vuelvan a ser cómplices. Es la negociación entre pragmáticos y simples guardianes del poder hegemónico.

Recordemos que López Obrador es un radical sólo de palabra. Ya vimos su abyecta actitud ante la Casa Blanca y el tema de los migrantes. No será distinto con los más ricos de México. ¿Se atreverá a abrir otro frente de ruptura? Máxime que los necesitará para la elección de 2024. Por lo pronto, tiene el dedo en el gatillo apuntando a las empresas que tienen concesiones del Estado. Tiempos inciertos se avecinan.

@pedro_penaloz