¿Qué ocultan?

27, abril 2023

PEDRO PEÑALOZA

La vida es un misterio; la luz ciega y la verdad inaccesible asombra. Rubén Darío 

Otra vez, como siempre, la salud de López Obrador se convierte en un secreto de Estado. Informes contradictorios, mentiras y confusiones son los mensajes que manda el personal cercano al tabasqueño. Esto puede deberse a que sus empleados, por zalamería, resguardan información o porque el propio presidente busca esconder sus resultados médicos.

 Ahora no ha sido la excepción, como lo muestra la cronología del reciente fin de semana: AMLO suspendió una reunión que se efectuaría en Yucatán puesto que se empezó a sentir mal (un periodista de un diario de esa entidad afirma que él vio que “el presidente se desvaneció”) y tuvo que ser trasladado a la Ciudad de México. No obstante, el vocero presidencial, Jesús Ramírez, declaró que la gira no se había suspendido y que el mandatario seguirá con sus actividades en Mérida.Nada que reportar.

 ¿Por qué actúan con falsedades?, ¿es tan difícil aceptar que el presidente puede padecer enfermedades?, ¿su imagen de indestructible se debilita si tiene alguna recaída? Pues parece que ese es el pensamiento de la corte presidencial. Por eso, también, el papel de Adán Augusto y de Jorge Alcocer es de simples tapaderas y distractores.

En contraste, con esa construcción mediática de un presidente “fuerte”, el propio inquilino de Palacio admitió, el 30 de septiembre de 2022, que tenía muchos padecimientos crónicos. Recordemos que a raíz de la información que hackeó el grupo Guacamaya a la Sedena, se difundió que el presidente padecía hipertiroidismo, gota, hipertensión y problemas diversos en el corazón. Por lo pronto.

 Además, el presidente  aceptó que le habían recomendado que se le practicara un cateterismo, para lo cuál él pidió tiempo y más adelante se le junto con el contagio de Covid-19. Al final, se le realizó la intervención en el corazón. Ya en 2013 el tabasqueño sufrió un infarto, que fue atendido en un hospital privado. Es decir, estamos frente a una persona de 70 años con problemas evidentes de salud, una intensa vida personal, mala alimentación y con una notable responsabilidad política. ¿Por qué negar este cóctel de factores? Su salud es de interés público y se tiene que informar sin límites lo que le pasa al titular del poder Ejecutivo Federal, puesto que está en juego la gobernabilidad del país.

La pregunta nuclear que se debe responder es: ¿López Obrador se encuentra apto física y mentalmente para dirigir al país? No deseamos su muerte, ni la de nadie, pero tenemos derecho a saber quien está al mando del gobierno federal. ¿Qué ocultan?

@pedro_penaloz