¡Qué ridículo, Pumas! En su aniversario 70, dio pena ante Necaxa; Gustavo Lema se tambalea

El conjunto universitario jugó basura en el Victoria y los Rayos les pasaron fácil por encima



Foto: Mexsport

Vaya manera de festejar 70 años, Pumas. Jugando a nada, con una defensa paupérrima, un medio campo inexistente y un ataque que no moja, perdió una vez más como visitante, ahora 2-0 ante Necaxa en el Estadio Victoria.

Es la tercera derrota consecutiva para el conjunto del Pedregal desde que se reactivó el Apertura 2024 y luego del ridículo que se mandó en Seattle en la Leagues Cup.

Este equipo auriazul se quedó sin argumentos, sin ideas, sin propuesta, sin idea de juego, sin claridad; con un César Huerta que hace lo que puede, dentro de un equipo de futbolistas que no rinden ni la mitad de lo que el Chino por lo menos intenta.

Y lo poco que tuvieron al ataque en este juego, lo fallaron de manera espantosa, como la que tuvo Nacho Pussetto en el primer tiempo, que solo y dentro del área, remató muy mal un centro medido que solo había que empujarla.

Los goles necaxistas son el claro ejemplo de que este equipo felino es una broma en defensa. El primero, de Agustín Palavecino, fue de larga distancia en el segundo tiempo, ante la nula marca de Ulises Rivas y José Caicedo.

El riflazo fue imposible para Julio González y el primero de Necaxa cayó al 57′, con lo que los auriazules simplemente se apagaron y dejaron de competir en el cotejo.

El segundo tanto fue al 70′, por medio de un cabezazo de Fernando Arce dentro del área. Pero más allá del gol, la defensiva de Pumas es de risa.

Primero, porque Nathan Silva ni siquiera brincó o hizo algo para estorbar a Diber Cambindo y el colombiano se levantó para rematar con la cabeza.

Julio se mandó un atajadón y rechazó la pelota, pero los jugadores de Pumas se quedaron pasmados y ahí aprovechó Arce para volver a rematar de cabeza y clavar el 2-0.

No hay argumentos para que el técnico de Pumas, Gustavo Lema, pueda permanecer en el banquillo felino, porque su equipo ya se cayó, no da resultados y solo da vergûenza; peor aún, en el marco de los 70 años de una institución que alguna vez fue grande, pero que en la actualidad no está a la altura de lo que históricamente fue el Club Universidad.