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Foto: Crisanta Espinosa Aguilar / Cuartoscuro.com

De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, las empresas en México tienen la obligación de repartir anualmente un porcentaje de sus utilidades entre sus trabajadores. Sin embargo, algunas deciden incumplir esta disposición, exponiéndose a duras sanciones económicas y hasta cárcel para sus representantes legales.

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La Ley establece que al menos el 10% de las ganancias anuales obtenidas por un negocio debe ser destinado al reparto de utilidades entre sus empleados, exceptuando algunos casos específicos. Evadir este mandato puede acarrear las siguientes consecuencias legales.

Multas económicas

Para empresas de hasta 50 trabajadores, la multa por no repartir utilidades va de 320 a 3,330 veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA). En caso de negocios más grandes, con plantillas de más de 50 empleados, esta multa alcanza de 1,150 a 11,620 veces el valor de la UMA.

En números aproximados, estamos hablando de multas que van desde los $30,000 hasta más de $1 millón de pesos dependiendo del tamaño de la empresa infractora.

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Reparación del daño y responsabilidad penal

Además de la sanción económica, el patrón queda obligado a pagar las utilidades adeudadas más una indemnización equivalente al importe de 15 días de salario mínimo por cada año de servicios prestados por el trabajador afectado.

Si un empresario se resiste a cumplir, puede ser consignado penalmente ante la autoridad competente por el delito de retención u omisión del pago de utilidades, lo cual puede derivar en penas de prisión.

Como puedes ver, apostar por evadir esta obligación laboral conlleva severas consecuencias económicas y hasta riesgos de cárcel para los representantes patronales. Por ello, lo más recomendable es acatar los lineamientos y repartir anualmente las utilidades correspondientes entre los trabajadores de la empresa.