El coordinador de los diputados del PRI, Rubén Moreira Valdez, acusó que el proyecto del Tren Maya es rotundo fracaso y desvió más de 200 mil millones de pesos que debieron ser canalizados a otros prioridades del país, como el campo, salud y educación.

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Tras mostrar imágenes de vagones vacíos, dijo que esta es una obra faraónica que representa la irresponsabilidad financiera y la falta de planeación del gobierno federal.

Luego de realizar un recorrido entre Mérida y Campeche para constatar la funcionalidad del tren, Moreira compartió imágenes en redes sociales donde se observan vagones y andenes vacíos durante la temporada vacacional, lo que para él revela el fracaso operativo del proyecto. Lamentó que, pese a la magnitud de la inversión, no se haya desplegado una estrategia efectiva de promoción turística en el extranjero que dinamice la región peninsular.

Durante su participación en el programa semanal Con Peras, Manzanas y Naranjas, el legislador enfatizó que el Tren Maya consume recursos públicos desproporcionados y tan solo en 2025 se asignaron más de 40 mil millones de pesos en subsidios operativos y de mantenimiento, cifra que supera el presupuesto nacional destinado a medicamentos, agua potable y drenaje.

Moreira advirtió que el presupuesto federal, estimado en 9.3 billones de pesos, está comprometido por el pago de deuda pública, recortes injustificados y desvío de recursos hacia proyectos no autosostenibles como el Tren Maya. Subrayó que el subsidio destinado a esta obra sobrepasa en 25 veces los ingresos que genera, y que se está sacrificando el financiamiento a programas vitales como el de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza), cuyo presupuesto cayó de mil millones de pesos en 2018 a tan solo 60 millones en 2025.

El diputado priista también alertó que la eliminación prevista de 347 programas presupuestarios en 2026 afectará directamente sectores estratégicos como salud, infraestructura carretera y apoyo al campo.

Afirmó que esta política presupuestaria pone en riesgo el bienestar de millones de mexicanos, en especial los campesinos más pobres del país, como los ixtleros y candelilleros, quienes han sido completamente marginados.

Desde una perspectiva ecológica, Moreira respaldó las denuncias de ambientalistas que han documentado el grave impacto del Tren Maya, como la deforestación extensiva y la fragmentación de ecosistemas tropicales en la península de Yucatán. El diputado exigió transparencia sobre los costos reales de la obra y demandó una auditoría pública que evalúe su viabilidad económica y social.

Rubén Moreira convocó al gobierno federal a abandonar la propaganda, corregir el rumbo de su política de gasto y tomar decisiones que prioricen a quienes más lo necesitan. “México no puede seguir endeudándose para sostener proyectos que no cumplen con su propósito ni generan desarrollo real. Es momento de reorientar el gasto hacia soluciones que verdaderamente transformen la vida de la gente”, dijo.

Concluyó que esta presentó como una obra emblemática para el desarrollo sureste, ha resultado ser una inversión descomunal, no autosostenible y dañina tanto para las finanzas públicas como para el medio ambiente.