Ruido Ambiental; contaminante y reto de salud pública

28, noviembre 2022

GABY SALIDO

Una acción o movimiento en la naturaleza por mínima que sea genera ruido, pero el volumen o nivel en que se produce, permite considerarlo algo normal o grave, incluso si escuchamos detenidamente, habrá sonidos que no teníamos identificados.

Los sonidos son una constante todos los días, por sus características algunos son imperceptibles, estamos acostumbramos a unos, pero otros pueden ser molestos y afectar nuestra salud.

Esto se denomina Ruido Ambiental, y está reconocido a nivel mundial como un problema en las ciudades actuales. La urbanización y las actividades industriales, aumentan la intensidad y frecuencia del ruido hasta considerarlo una de las principales fuentes de contaminación en el planeta.

Afectaciones al sistema auditivo es el menor de los impactos que genera el ruido, pero en todos los casos hay consecuencias negativas al impactar en el medio ambiente, la sociedad, y la salud de las personas.

Muchos padecimientos reportados por las y los habitantes de las ciudades, se relacionan o son consecuencia del excesivo ruido ambiental; ejemplo de estos son: el estrés, la hipertensión, los padecimientos cardiovasculares, la pérdida del sueño, aumento en los niveles de distracción, reducción de la productividad, o disminución general de la calidad de vida y la tranquilidad.

Si sumamos a estos problemas de salud, otros agentes contaminantes y sus consecuencias, se puede concluir que no hay condiciones de habitabilidad adecuadas en la Ciudad, que permitan realizar actividades sin comprometer a mediano y largo plazo la salud.

Desde hace algunos años, se ha considerado un problema de atención prioritaria por Gobiernos en distintas Ciudades; el caso de la CDMX no es excepción, y se han incorporado en las leyes y normas, criterios para disminuir las afectaciones, límites para emitir sonidos y el nivel para clasificar al ruido, al mismo tiempo se crearon mecanismos de vigilancia para distintas autoridades y se establecieron procesos de denuncia y sanción.

Cada modificación tuvo como fin atender y encontrar solución a un problema particular provocado por la presencia de ruido; por ejemplo, los establecimientos mercantiles, los niveles permitidos para fuentes fijas, industrias o fábricas, y el límite para fuentes móviles. Esto ayudó a retrasar la presencia de afectaciones severas a causa del ruido, pero no se han agrupado para el diseño de estrategias integrales que contemplen todos sus ámbitos de impacto.

Para alcanzar ese objetivo, presenté en el Congreso una iniciativa que considera al Ruido Ambiental como elemento importante en el diseño de políticas públicas

en materia de salubridad; asimismo, plantea que la Agencia de Protección Sanitaria realice acciones de prevención, control, atención y para revertir daños provocados por el Ruido Ambiental, incluyendo en la propuesta reforzar las facultades actuales con enfoque prioritario en este rubro.

Así, el eje de las políticas públicas, será atender de forma integral las afectaciones e impactos que se presentan desde el momento de percibir el ruido, durante su exposición y las consecuencias a mediano y largo plazo.

De esta manera, dejará de considerarse al Ruido Ambiental de forma aislada como objeto de verificación en establecimientos mercantiles, como falta administrativa por perturbar la tranquilidad de las personas, o como materia de verificación ambiental.

Es importante que la prevención, atención, vigilancia y sanción por ruido, sean acciones de autoridad armonizadas con las normas vigentes para casos de contaminación del agua, suelo o aire; pues de igual forma se produce afectaciones a la salud de las personas de manera inmediata, y se limitan los derechos reconocidos en la Constitución al generar daños al medio ambiente.