El sector Salud en México enfrenta un riesgo de colapso a mediano y largo plazo debido a la creciente inversión en la atención de enfermedades como diabetes e hipertensión, provocadas principalmente por el consumo de bebidas azucaradas, edulcorantes y comida chatarra. Para cada paciente, el gobierno destina 415 mil pesos al año, señaló Eduardo Clark García, subsecretario de Integración y Desarrollo de Salud.

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“Esta crisis no era inevitable; está asociada a la epidemia de consumo de refrescos y comida chatarra en nuestro país. Debemos ser claros: esta epidemia de enfermedades podría colapsar nuestro sistema de salud a mediano y largo plazo”, advirtió Clark García.

Durante una conferencia de prensa en Palacio Nacional, autoridades del sector Salud anunciaron el reforzamiento de campañas de concientización para reducir el consumo de bebidas endulzadas, especialmente refrescos, responsables de sobrepeso, obesidad, hipertensión, diabetes y otros males crónicos.

En México, más de 100 mil personas al año requieren diálisis o hemodiálisis, terapias de sustitución renal que implican conectarse tres veces por semana durante cuatro horas a una máquina para sobrevivir. Además, se registran 27 mil amputaciones al año relacionadas con diabetes, y una de cada tres muertes en el país está vinculada a infartos derivados de hipertensión y diabetes, enfermedades estrechamente asociadas al consumo de refrescos.

El subsecretario explicó que el IMSS, el programa Bienestar y otros sistemas de salud destinan cerca de 180 mil millones de pesos anuales para atender las consecuencias médicas del sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión y falla renal crónica. Actualmente, el 40% de las atenciones en las unidades de medicina familiar del IMSS están relacionadas con estas enfermedades.

“Si seguimos por esta senda, nuestro país no podrá soportar la carga que estas enfermedades representan para la salud de la población”, alertó Clark García.

Por ello, el gobierno busca implementar medidas saludables, como las contempladas en el paquete económico 2026, con el objetivo de reducir el consumo de bebidas azucaradas y disminuir la carga de enfermedades a mediano plazo.

El subsecretario recordó que hace 11 años se aplicó un impuesto a los refrescos, inicialmente de un peso por litro. Durante los primeros dos años, el consumo se redujo casi 10%, una medida que ha demostrado ser efectiva, considerando que en México se consumen cerca de 24 mil millones de litros de refresco al año.

Clark García señaló que estas políticas públicas no son exclusivas de México. En Reino Unido, medidas similares lograron reducir en 30% el contenido de azúcar en los refrescos. En Sudáfrica, un año después de implementar políticas semejantes, el consumo de bebidas azucaradas disminuyó 29%. En Chile, se observó una reducción del 21%, y en Berkeley, Estados Unidos, el consumo bajó 52% en los primeros tres años.

En México, el IEPS sobre refrescos, aplicado en 2014, provocó una caída del 5.5% en el consumo durante el primer año, cifra que ha aumentado progresivamente en los años siguientes, confirmando la efectividad de la medida.