“Hoy es 2 de octubre. 2 de octubre no se olvida”, así inició su conferencia de este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien recordó el acuerdo que su gobierno publicó hace un año.

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Vestida con un traje negro y una blusa blanca con negro, la primera mandataria del país aseguró que ofrece a los familiares y víctimas del 2 de octubre, “muchos ya fallecidos, y a todos los presos políticos de entonces, nuestra solidaridad y el acercamiento con la Secretaría de Gobernación para todo lo que tiene que ver con el decreto publicado hace un año”.

Asimismo, dio lectura al acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en donde señala, el artículo 1: “En nombre y representación del Estado Mexicano se reconoce políticamente, que los actos de violencia gubernamental perpetrados el 2 de octubre de 1968, en contra de integrantes del heroico movimiento estudiantil, fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad, como fue reconocido por el entonces Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Gustavo Díaz Ordaz, durante la lectura de su quinto informe, en donde dijo: ‘Por mi parte, asumo íntegramente la responsabilidad personal ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones del Gobierno en relación a los sucesos del año pasado’”.

Artículo segundo: “Se instruye a la titular de la Secretaría de Gobernación para que en nombre y representación del Estado Mexicano, se ofrezca una disculpa pública por esa grave atrocidad gubernamental a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad mexicana en su conjunto”, lo cual, recordó la presidenta Sheinbaum, hizo la Secretaría de Gobernación “en esta mañanera hace un año”.

En el artículo tercero se indica que: “En nombre y representación del Estado Mexicano, el Ejecutivo Federal a mi cargo, se compromete a garantizar la no repetición de atrocidades como a las que se refiere el presente acuerdo: actos de represión, actos de privación ilegal de la libertad, uso de las fuerzas armadas contra la población, utilización de cárceles clandestinas, desapariciones forzadas, torturas u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes con la anuencia del Estado para destruir o exterminar un grupo de la población mexicana”.

En el artículo cuarto se establece que “quedan a salvo los derechos que legalmente les asisten a las víctimas y sus familiares”.

Mientras que en el artículo quinto leyó: “Este reconocimiento político servirá para la materialización de actos subsecuentes de impulso a la justicia, la preservación de la memoria histórica y la no repetición de los hechos”.

Y en el artículo sexto, la presidenta Sheinbaum señaló que: “En mi calidad de Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas asumo el compromiso solemne y giraré las correspondientes órdenes formales para que sus estructuras y elementos nunca más sean utilizados para atacar o reprimir al pueblo de México, y que se ofrezca la formación en derechos humanos y construcción de paz. Se asuma el reconocimiento de los hechos históricos aquí mencionados y se garantice su no repetición”.