GABY SALIDO

Administrar y fortalecer instituciones, es tarea importante para un gobernante. Por tradición o convicción, en la historia se han consolidado instituciones que protegen nuestros derechos.

Ahora ocurre lo contrario, pues todos estos años de campaña -aun siendo gobierno- Morena promete transformación y bienestar, pero ¿qué tipo de transformación?

Mientras la 4T aún culpa a gobiernos anteriores, sus acciones destruyen lo que se “opone” a su proyecto de nación.

Si consultamos el diccionario de la lengua española, “transformar” significa hacer cambiar de forma a alguien o algo, y ese cambio, no siempre es para bien.

En su visión de transformación, limitan nuestros derechos atacando instituciones electorales, de transparencia, justicia o salud, con argumentos de austeridad o lucha contra la corrupción y la mafia del poder.

Los ataques son tan frecuentes, que intentan acostumbrarnos: ¿recuerdan al Seguro Popular? ¿El fracaso del INSABI? ¿La propuesta de unificar dependencias por “duplicar funciones”? ¿El cierre de guarderías?

No es primera vez que el gobierno de Andrés Manuel diluye nuestro derecho a la protección de la salud, y eso es distinto a la exigencia ciudadana.

En el lejano 2018 antes de rendir protesta, convocó a consulta pública con 10 preguntas, una de ellas, acerca de las condiciones del sistema de salud.

Al parejo del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y otras obras faraónicas, ofreció un sistema de salud con gratuidad en medicinas y atención médica, o como él dijo: “de primer mundo, como Canadá y países europeos”.

Mejor ni hablamos de resultados, pues la cascada de amparos por el desabasto en medicamentos, igual que todo en este gobierno, es “histórica”.

Si sorprender a la ciudadanía fuera función de gobierno, morena aprobaría tal como aprueba el presidente, las encuestas de popularidad y aceptación. Lamentablemente en la administración pública, tienen la habilidad de generar siempre los peores escenarios.

La Ley de infraestructura de calidad, -obra de este gobierno- dice promover prácticas de calidad, mejorar y actualizar la regulación a través de Normas Oficiales Mexicanas.

Estas Normas, conforman las reglas técnicas, específicas y concretas que son necesarias para ejecutar y aplicar las leyes y reglamentos. Sin esas reglas, los derechos reconocidos por la ley, serían letra muerta.

Calificarlas de ociosas o innecesarias, pone en duda el trabajo detrás de cada una, mientras denigra a quienes diariamente las usan, y a quienes se benefician de su aplicación.

Podrá haber tecnicismos legales para defender la cancelación de NOM´s, pero no hay argumento moral o ético que legitimar la falta de reglas para atender padecimientos tan frecuentes y de gran impacto en la sociedad, como diabetes, cáncer o de salud mental.

Diputada de la CdMx por el PAN