Washington.- Estados Unidos ha entrado en la última semana de campaña con el candidato republicano a la Casa Blanca, el expresidente (2017-2021) Donald Trump, apostando por un discurso cada vez más agresivo, mientras la vicepresidenta y aspirante demócrata, Kamala Harris, buscará recuperar el brío con un acto en el corazón de la democracia estadounidense.
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El domingo, Trump ofreció un discurso en el Madison Square Garden de Nueva York en un evento al que asistieron unas 20.000 personas y en el que participaron varios ponentes, quienes lanzaron proclamas racistas y misóginas que han levantado ampollas incluso en el propio partido.
En la más sonada de todas, aún resuenan las palabras del presentador y comediante Tony Hinchcliffe sobre la isla de Puerto Rico: “Literalmente hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento, creo que se llama Puerto Rico”, afirmó.
Las palabras desataron una ola de reacciones de rechazo, entre ellas de varios artistas como Jennifer López o Ricky Martin, mientras la campaña ha intentado en las últimas horas desmarcarse de este mensaje.
“Este chiste no refleja las opiniones del presidente Trump ni de la campaña”, dijo Danielle Álvarez, asesora principal de la campaña, a ABC News.
Los habitantes de Puerto Rico, un estado libre asociado de Estados Unidos, no pueden votar al presidente, pero los millones de puertorriqueños que residen en territorio estadounidense sí pueden hacerlo.
En estas elecciones el voto latino será más decisivo que nunca, ya que se estima que 36,2 millones de personas están habilitadas para votar este año, frente a los 32,3 millones de 2020. Esto representa el 50 % del crecimiento total de votantes habilitados durante este período, según datos del centro Pew.
En el acto dominical, Trump redobló su promesa de llevar a cabo una campaña masiva de deportación de migrantes en un discurso que ha sido calificado por medios como la CNN como “el argumento final más radical en la historia presidencial moderna”.
“Trump en el Garden: un carnaval de clausura de quejas, misoginia y racismo”, titula este lunes por su parte el New York Times en un artículo en el que se recuerdan algunos de los mensajes lanzados por los ponentes.
Uno de esos fue el del empresario Grant Cardone, quien llegó a sugerir que Kamala Harris es una prostituta: “Sus controladores proxenetas destruirán nuestro país”, afirmó. Entre tanto, David Rem, un amigo de la infancia de Trump, llamó a Harris “el diablo” y “el Anticristo”.
Todo ello, mientras el candidato demócrata a la vicepresidencia, el gobernador de Minesota Tim Walz, recordaba que en el Madison Square Garden se realizó una famosa reunión pronazi de 1939 y hacía una comparativa entre los dos eventos.
Según la campaña de Harris, el acto de Nueva York, que Trump vendió como su acto simbólico de cierre de campaña y de cierre de argumentos “se salió completamente de control” y se convirtió en “un espectáculo ofensivo, oscuro y peligroso”.
Harris dará un mitin simbólico en Washington
Para intentar recuperar el brío y sacar ventaja en las igualadas encuestas, Kamala Harris celebrará el martes, cuando faltará exactamente una semana para ir a las urnas, un acto en el corazón de la capital estadounidense, en la Elipse de la Explanada Nacional.
El escenario elegido por la vicepresidenta tiene un gran simbolismo porque es el espacio donde se encuentran la Casa Blanca, el Capitolio, el Monumento a Abraham Lincoln y el obelisco dedicado a George Washington.
La vicepresidenta mencionará el asalto al Capitolio de 2021, en el que una turba de seguidores de Trump intentó frenar la ratificación de la victoria electoral del presidente, Joe Biden, un suceso por el que el republicano fue imputado ante la Justicia.
Precisamente, Harris hablará desde el Elipse, al sur de la Casa Blanca, misma ubicación donde Trump pronunció un discurso a sus simpatizantes minutos antes de que atacaran el edificio del Congreso y que, según la acusación de la fiscalía, sirvió para instigar el asalto.