La Unesco incluyó la Semana Santa de Iztapalapa en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y la colocó como referente histórico, comunitario y cultural para la capital del país y millones de personas que la reconocen como una de las expresiones religiosas y sociales de mayor arraigo, informó la presidenta Claudia Sheinbaum.
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La mandataria abrió la conferencia matutina con una felicitación al comité organizador que sostiene la tradición desde hace décadas y subrayó que la representación avanza por el trabajo comunitario que convoca a generaciones completas de los ocho barrios de Iztapalapa.
Reconoció a Clara Brugada y recordó que “como alcaldesa de Iztapalapa promovió la inscripción ante la Unesco”, confirmando una gestión local que fortalece las raíces culturales y la identidad comunitaria.
Sheinbaum incluyó un reconocimiento para Aleida Alavez Ruiz, actual alcaldesa de Iztapalapa, y explicó que la autoridad local acompañó al comité comunitario en el tramo reciente del proceso que concluyó con la incorporación de esta tradición en la lista de patrimonios vivos del planeta.
La celebración tiene muchos años de historia y la estructura organizativa descansa en un comité comunitario que integra vecinos y actores locales comprometidos con la continuidad de la tradición, que demanda preparación, aportes colectivos y esfuerzo logístico sostenido.
“Los felicitamos a ellos y a ellas que ponen mucho empeño en esta celebración”, dijo, resaltando a quienes coordinan los pasajes centrales y a quienes resguardan la tradición.
Mencionó de manera expresa el papel de Diego Prieto, titular de la recién creada Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad (UCVPII), quien “ayudó mucho a consolidar el expediente técnico” y a respaldar el trabajo que México presentó ante la Unesco para impulsar la declaratoria.
La mandataria subrayó que el reconocimiento internacional constituye un motivo de orgullo para “todas y todos los habitantes de Iztapalapa” y para quienes participan en esta tradición que ancla su fuerza en la organización barrial y el sentido comunitario de la representación.
