Violencia en el noviazgo, un fenómeno peligrosamente creciente en México

16, julio 2022

PATRICIA RAMÍREZ

En medio de la creciente ola de violencia que azota al país, expertos advierten que la violencia en el
noviazgo es un problema que tiene que atenderse, pues puede llegar a extremos que pongan en riesgo
la vida de las parejas.
Claudia Ivethe Jaen Cortés, especialista en el tema, advirtió que este fenómeno es un problema social
por las implicaciones y el desgaste que ocasiona, pero también de salud pública por el número de
casos, así como por las consecuencias que genera en los individuos.
La profesora de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), Claudia Ivethe Jaen Cortés, explicó que de acuerdo con la Organización de las Naciones
Unidas, desde hace varias décadas es un asunto de derechos humanos porque atenta contra la
dignidad y la integridad de los individuos. Se trata de un tema que debe ponerse sobre la mesa por las
implicaciones que conlleva, incluso para la sociedad en general, sentenció.
Además, puntualizó que solo de cuatro a 10 por ciento de los jóvenes denuncian conductas violentas
por parte de sus parejas, ante autoridades de salud o instancias jurídicas. “Es bajo el porcentaje y ello
se debe a la revictimización de los denunciantes y al desconocimiento de los procedimientos legales”.
Ante ello, es necesario enseñar –desde niños hasta adultos– lo que se debe llevar a cabo en esta
materia ante situaciones de abuso, acotó.
Agregó que resulta complicado medir la violencia en el noviazgo, pues la mayoría de los estudios
señalan que inicia de los 12 a 13 años, aunque en la actualidad los adolescentes comienzan relaciones
románticas a los 10 o 12 años.
De acuerdo con la experta, numerosos jóvenes viven esta situación en secreto, por lo que se va
deteriorando la persona pues la relación “lo consume”; otros acuden a sus pares para solicitar consejo,
pero en su mayoría recurren “al ojo por ojo”. Sin embargo, lo mejor es dirigirse a las instituciones que
existen en el país para que les brinden apoyo, hablar con un familiar de confianza o con los padres para
tomar medidas y terminar el noviazgo.
Jaen Cortés alertó que las agresiones inician entre risas, con un jugueteo agresivo; uno de los
miembros de la pareja pone apodos en apariencia cariñoso, da nalgadas, pellizquitos y empujones. A
medida que surge un conflicto o situación desagradable, esa actitud avanza hacia conductas agresivas.
También confunden los actos de control y manipulación como manifestaciones de amor, por los que es
difícil detectarla, y para ellos además resulta complejo comprender o apreciar que están en una relación
donde existe abuso, aunque dependerá de la tolerancia y la percepción de cada uno de los miembros
de la pareja “porque quizá para uno de ellos un pellizco o un apodo no signifiquen gran cosa, pero para
el otros sí. Unos pueden tomarlos con tintes cariñosos, mientras que para otros signifique una ofensa”,
enfatizó.

TIPOS DE AGRESIONES
Son diversos los tipos de agresión: emocional o psicológica, es decir, cuando se tiene la intención de
dañar los sentimientos de la pareja, incluso se comete abuso verbal para ocasionar dolor, malestar
emocional, sufrimiento; física, la cual atenta contra el cuerpo de la persona, “aquí pueden darse
patadas, pellizcos, empujones, etcétera; sexual, que va desde la presión para tener intercambio sexual,
actos sexuales que no se desean, incluso violación”, acotó la universitaria.
Desafortunadamente se carece de estudios recientes en México que analicen la prevalencia del
fenómeno. Los datos más recientes son de la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo (Envin)
que realizó el Instituto Nacional de la Juventud en 2007; y de la del Instituto Nacional de la Mujeres que
llevó a cabo la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares de 2016
(Endireh).
La primera reportó que siete de cada 10 adolescentes y jóvenes de 15 años y más experimentaron un
evento de agresión, una prevalencia alta con la coacción psicológica en primer término, seguida de la
física y al final la sexual. Mientras que en la Endireh, a diferencia de la Envin, se preguntó a hombres y
mujeres para determinar la magnitud de la agresión que se ejerce hacia ellas.

En ese último estudio se encontró que 66 por ciento de las mujeres de 25 a 34 años de edad vivió
situaciones de violencia emocional, física, económica, sexual, incluso discriminación a lo largo de su
vida. De manera específica, en lo que corresponde a la violencia de pareja se registró que en su última
relación, cuatro de cada 10 la experimentaron.
Existen investigaciones que indican que los varones reciben violencia psicológica en mayor proporción,
principalmente por cuestiones vinculadas con celos, control y manipulación. Los estereotipos de género
también propician la crueldad; México es un país altamente tradicionalista, estamos inmersos en ese
fenómeno, refirió.
Las consecuencias de la violencia son diversas, entre ellas a la salud física como lesiones, hinchazón y
moretones por golpes, dolor crónico, fibromialgia, incluso fracturas, movimiento físico reducido; mayores
probabilidades de suicidio y muerte por feminicidio u homicidio, advirtió la investigadora.