Ya impactan los incrementos a la Tasa de Interés del Banxico en créditos más caros, que propicia una baja de la inflación

26, diciembre 2023

AIDA RAMÍREZ

Foto: Reuters

Ante la alta inflación que vivía México como consecuencia de la crisis que provocó la pandemia por Covid-19 -primero-, y que hace muchos años no se veía, así como las presiones generadas por la invasión de Rusia a Ucrania -después-, el Banco de México (Banxico) decidió iniciar la carrera alcista de su tasa interbancaria durante 2021 y 2022, hasta alcanzar el porcentaje nunca antes visto.

 

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Así, el 30 de marzo de este año, la Junta de Gobierno del instituto central dio a conocer que, por unanimidad, decidió incrementar en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día para quedar en un nivel de 11.25 por ciento.

De esta forma, se conjuraron 15 incrementos consecutivos que el instituto central aplicó, desde junio de 2021, buscando combatir los altos índices inflacionarios de casi 9.0%, que encarecieron el dinero plástico así como algunos otros créditos a corto plazo, así como diversos productos y servicios.

 

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En su comunicado de entonces, el Banxico señaló que con esta acción, se reducía el ritmo de incrementos –ya que fueron desde 75 y 50 puntos base-, en tanto que la postura de política monetaria se ajustaba a la trayectoria que se consideraba, se requería para que la inflación alcanzara su meta de 3.0% hacia finales de 2023 y principios de 2024.

La Junta de Gobierno que encabeza Victoria Rodríguez Ceja, aseguró que seguiría vigilando estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas.

Ello, con el objetivo de determinar una tasa de referencia congruente en todo momento, tanto con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3.0% en el plazo en el que opera la política monetaria, como con un ajuste adecuado de la economía y de los mercados financieros.

Explicó que entre los factores que influyeron en su decisión estuvieron los retos ante el apretamiento de las condiciones financieras globales; el entorno de
incertidumbre; la persistencia de las presiones inflacionarias acumuladas y, la posibilidad de mayores afectaciones a la inflación.

Entonces, el instituto central consideró que la inflación cerrará en 7.5 por ciento el primer trimestre de 2023 (que termina el 31 de marzo), cuando su pronóstico previo era de 7.7 por ciento; y para el último trimestre del año, se espera que la inflación cierre en 4.8 por ciento ligeramente menor al cálculo previsto de 4.9 por ciento.

El Banxico dejó sin modificaciones sus pronósticos de inflación para 2024, y sigue considerando que el índice llegará a su objetivo de 3.0 por ciento en los últimos tres meses de ese año.

Indicó que la inflación puede “desafiar” sus pronósticos para este y el siguiente año por factores como una persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; depreciación cambiaria ante eventos de volatilidad financiera internacional; mayores presiones de costos y, presiones en los precios de energéticos o agropecuarios.

Consideró que la inflación puede converger hacia el rango objetivo si el plan del gobierno contra los precios altos de la canasta básica funciona mejor de lo esperado o si baja la intensidad de conflictos políticos.

Sin embargo, ya para la última decisión del año, cuando por sexta ocasión consecutiva la Junta de Gobierno decidió no modificar su tasa de interés para continuar en 11.25%, el banco central reiteró que este nivel “es necesario para llevar a la inflación a su meta puntual de 3.0% por ciento hacia los próximos trimestres”.

Los integrantes de la Junta de Gobierno que encabeza Victoria Rodríguez Ceja, destacaron que para que la inflación converja a la meta, se debe mantener esta tasa “por cierto tiempo”.

No obstante que se considera que “hacia adelante, se prevé que el proceso desinflacionario continúe, ante la postura de política monetaria y la mitigación de los choques derivados de la pandemia y de la guerra en Ucrania. Sin embargo, los pronósticos actualizados incorporan un descenso más gradual de las inflaciones de las mercancías alimenticias y de los servicios”.

Y es que los pronósticos de la inflación se elevaron ligeramente para los últimos tres trimestres de 2024 y se espera que la inflación llegue al objetivo de 3.0% mas/menos un punto porcentual hasta la primera mitad de 2025.

“Si bien el panorama todavía se percibe complicado, se ha avanzado en el proceso desinflacionario. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable”, añadió.

 

Alta tasa de interés complica financiamiento de empresas

Al respecto, el presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), José Domingo Figueroa Palacios dijo a Ovaciones, que el impuesto más alto que puede haber principalmente para las personas de menos recursos es la inflación.

En este sentido, “creo que la intervención del Banco de México en una política monetaria restrictiva y llegar a niveles del 11.25 fue, precisamente para tratar de controlar esa inflación tan alta. La verdad no lo esperábamos de que llegara a esos niveles, pero creemos que fue necesario. Y gracias a eso estamos viendo que este año, la inflación, el índice general se redujo prácticamente 3.5% y la subyacente más o menos un 3.0 por ciento. Entonces -la política restrictiva- contribuyó de manera importante”.

No obstante, comentó que en la actualidad, esta decisión está ocasionado que las empresas tengan problemas importantes en cuanto a financiamiento con tasas muy altas, “ya que las empresas que están en Bolsa andan en términos de 12 a 13% de financiamiento, pero la gran mayoría de las empresas mexicanas que logran acceder a un financiamiento lo obtienen con alrededor de 22% o más alto y eso es un freno muy importante para la actividad económica”.

Y, y en ese sentido, dijo Figueroa Palacios, en el IMEF se considera que una vez ya está “medianamente controlada la inflación, podríamos empezar a ver un descenso de la política monetaria para finales del primer trimestre de 2025”.

Cuestionado ante el hecho de que los analistas cuestionan el que la inflación subyacente -aquella que calcula la evolución de los precios sin tener en cuenta ni los precios de la energía ni la de los alimentos no elaborados-, no esté bajando de manera consistente o casi a la par de la inflación general, el presidente del IMEF insistió que “cada punto marginal va a costar mucho trabajo poderlo bajar, pero como IMEF consideramos que fue una decisión acertada el tratar de tener un política monetaria restrictiva con la finalidad de tener un control de la inflación.

“Obviamente, recordemos que una decisión de política monetaria el efecto no es inmediato, pasan alrededor de 18 meses para que sea un impacto real y creemos que en este momento ya lo estamos teniendo y es se nota en esa baja de la inflación general aunque la subyacente está siendo resiliente”.

Cuestionado sobre el hecho de que cuando el Banxico decida empezar a bajar la tasa de interés esto afecte en el inconsciente de la población y ésta empiece a gastar nuevamente en mayor medida y con ello afectar nuevamente la inflación, pidió no perder de vista que parte de este dinamismo en el consumo tiene que ver con tres factores importantes.

Esto es, la gran cantidad de remesas, poco más de 60 mil millones de dólares para este año; el incremento de la masa salarial, mayor empleo, gracias al dinamismo económico que se tuvo y al incremento del salario mínimo que contribuye a un mayor consumo, y el tercer punto es un mayor crédito al consumo; “y esos tres factores son importantes para el dinamismo en el consumo”.

José Domingo Figueroa advirtió que es necesario poner atención al dinamismo económico de Estados Unidos, pues se espera un impacto por la tasa tan restrictiva que se ha tenido, y ello podría derivar que la economía estadounidense podría frenarse a la mitad del crecimiento de este año, estimada en 2.4%, lo que impactará tanto en las exportaciones como en las remesas de 2024.

Puntualizó que parte del dinamismo del consumo en estos momentos es por la recuperación que se tuvo por la pandemia de Covid, “un rezago y creemos que esto se está normalizando, lo que contribuirá a un menor dinamismo en el consumo y tendrá impacto en la inflación subyacente”.