18 de marzo

17, marzo 2023

LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ

Cuando López Velarde escribió Suave Patria en 1921, en el cual dijo: “El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros de petróleo el diablo”; y la visión que se tenía del petróleo en la época del Gran Bardo era la del petróleo como una maldición, la explotación de las personas y de los bienes de la nación por empresas extranjeras hacían que aquella fuera una idea cierta. Fue hasta Lázaro Cárdenas cuando el petróleo se volvió un motor de desarrollo. Cárdenas fue el gran transformador, construyó instituciones, desarticuló la estructura de poder de Obregón y Calles, y dio pie al México que hoy conocemos, siendo la cúspide del nacionalismo y del proyecto social de la Revolución la expropiación petrolera. Sin embargo, en su sucesión de 1940 tuvo que pagar el costo de todas estas transformaciones al dejar a Ávila Camacho, lo que representó el fin del proyecto social revolucionario.

Hoy vivimos un momento parecido, un momento que nos hace revivir la epopeya cardenista, una transformación profunda de instituciones. Como en el momento de Cárdenas, esto genera mucha resistencia dentro y fuera del país, los procesos de cambio nunca son perfectos, se desarrollan en la turbulencia y en el ruido. Nadie duda que haya una mejor humanidad después de la Revolución Francesa o la Revolución Mexicana, aunque fueron momentos desafiantes. Este proceso de transformación era necesario luego de aquellos momentos en que el país era gobernado por una oligarquía en la que el 20% de las familias ricas concentraba el 50% de los ingresos de los hogares del país y que sometieron a los gobiernos anteriores.

Hoy vivimos una transformación intensa, pero tersa. A los malquerientes, les propongo un ejercicio de honestidad intelectual, si hoy estuvieran frente a la boleta electoral del 2018 con el Bronco, Meade y Anaya ¿por quién votarían? Con todo lo que pudiera no gustarles, es difícil pensar que alguno de ellos hubiera llevado el país a mejor puerto.

El proceso de construcción del país en el que estamos será como ha sido siempre, como se resuelve en la ciencia, tenemos una tesis que nos representa, una antítesis que es lo que nos confronta, la realidad y la síntesis de éstas y otras fuerzas.

El 18 marzo del 2024 será el último del sexenio y estará a menos de 3 meses de la elección federal; sin duda MORENA estará muy por arriba en las encuestas, y para ese momento ya sabremos si existe una continuidad del proyecto social o una versión modificada. Será un momento histórico para México, tal como fue hace 83 años con la sucesión de Cárdenas entre Francisco Múgica y Manuel Ávila Camacho.

@LuisH_Fernandez