PATRICIA RAMIREZ

Foto: Cuartoscuro

Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advirtieron que, aunque la etapa en la que se encuentra el volcán Popocatépetl es similar a otras que se han registrado en las últimas décadas y podría durar meses, si es necesario tomar precauciones, sobre todo por la caída de ceniza y vigilar constantemente el fenómeno.

Señalaron que estamos en una etapa de actividad menor, que empezó desde 1996, pero no es de las más grandes que se han registrado en la historia, por lo que hay pocas posibilidades de que haya una erupción mayor., aunque no se pueden hacer proyecciones totalmente certeras y se calcula que este periodo podría durar hasta dos años, como sucedió entre 2012 y 2013.

La doctora Ana Lilia Martín del Pozo, advirtió que a partir del mes de junio cambiará la dirección del viento y llegará más ceniza hacia el Valle de México, por lo que hay que tomar precauciones por las afectaciones de la salud y recomendó retomar de inmediato el uso de cubrebocas y protegerse incluso con el uso de gafas y sombreros.

La investigadora del departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM, advirtió que no solo los aeropuertos se ven afectados por la caída de ceniza, pues también puede generar interferencia en los sistemas de telecomunicaciones, como la telefonía celular.

Detalló que las afectaciones dependen de la dirección del viento, que lleva cenizas hacia diferentes direcciones y precisó que efectivamente son otro contaminante, que se suman a la mala calidad del aire y dijo que en el caso de Puebla esto se observa a simple vista.

A su vez, los investigadores aclararon que no existe ninguna relación entre la actividad sísmica y las erupciones volcánicas, pues los microsismos provienen de placas tectónicas y no tienen correlación con los microsismos en la Ciudad de México en las últimas semanas.

El coordinador de Investigación del Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred), Carlos Gutiérrez, alertó de la importancia vital de recoger la ceniza de los techos de las casas y de las calles, por las afectaciones que generan a las construcciones y al drenaje, que puede colapsar en muy poco tiempo, por la gran cantidad de ceniza que se compacta y tapa las vías por donde fluyen las aguas pluviales y domésticas.

Agregó que también hacen falta equipos especializados, porque la actividad volcánica genera muchos daños debido al impacto de las partículas, el calor que genera y los efectos de los residuos, como la ceniza.