MARTÍN AVILÉS
Foto: EFE
Donde otros ven peligro, Carlos Alcaraz transita tranquilamente en su hábitat natural, ahí donde las leyendas se hacen grandes. El español alcanzó 11 triunfos consecutivos en el US Open tras derrotar a Matteo Arnaldi, triunfo que lo catapultó a los cuartos de final en Nueva York, donde espera continuar con su arrollador paso.
El murciano demostró que está decidido a defender su corona en el último Grand Slam del año con el cuchillo entre los dientes. Recién derrotó al italiano y rival generacional en sets corridos con parciales de 6-3, 6-3 y 6-4. Se trató del primer cruce entre ambos en el tour de la ATP.
Que el saque de Carlitos no es lo más dominante de su juego, se sabe, por ello, sus apenas dos ‘aces’, no representaron problema alguno para su causa. Con un 68% de efectividad con el primer servicio y cinco quiebres en 12 oportunidades que generó, pudo sostener una poderosa victoria que deja en claro que no piensa ceder un céntimo en la Gran Manzana. Si acaso, al comienzo del tercer set, cuando perdió su servicio y estaba 0-2, fue lo más cercano a verlo flaquear, pero de inmediato recuperó el control de la situación y revirtió la desventaja.
“La intensidad desde el inicio hasta el final fue buena, hice un partido muy sólido, con pocos errores. Hice mi juego. El partido en general fue muy bueno para mí. Es una ventaja para nosotros poder seguir jugando, aunque llueva, me encanta jugar con el techo cerrado. El sonido de la pelota se escucha más”, dijo Alcaraz en la pista del Arthur Ashe Stadium.
Para los cuartos de final, el ibérico espera por el vencedor del choque entre el italiano Jannik Sinner y el alemán Alexander Zverev, dos tenistas de cuidado en una instancia donde cada vez será mayor el grado de dificultad.
“Será un excelente partido. Zverev y Sinner tendrán un partido muy difícil entre ellos. Sé que sea quien sea el rival, será un partido de cuartos muy difícil. El año pasado jugué un partido durísimo con Sinner”, comentó al respecto.
De esta forma el campeón defensor logró dar un paso más en busca de su tercer título de Grand Slam, el que podría ser el segundo en Nueva York.
