PATRICIA RAMIREZ
Foto: Cuartoscuro
La pobreza o la falta de oportunidades para poder estudiar, así como la desigualdad empujan a los infantes entran a una vida laboral a temprana edad, por lo que se debe atacar esta problemática colocando como punto de partida la justicia social, aseguró la diputada federal Magdalena Núñez Monreal.
Explicó que tan sólo en la Ciudad de México cerca de 52 mil niñas, niños y adolescentes (de 5 a 17 años) trabajan; el 57 por ciento lo hace en actividades peligrosas, como los que venden dulces en las calles, en construcciones, en actividades agrícolas, etc.
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En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil 2019 del INEGI, 2.2 millones de personas entre 5 y 17 años trabajaron, de estos, 71.2 por ciento fueron hombres y 28.8 por ciento mujeres señaló la también Comisionada del PT en la Ciudad de México.
Ante esta problemática que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por primera vez en 20 años el trabajo infantil va en aumento, aseveró Núñez Monreal, que es necesario enfocar los recursos, herramientas y proyectos hacía esta situación, comenzando con garantizar el trabajo bien remunerado y con seguridad social para las personas adultas responsables de crianza.
Precisó que la falta de igualdad de condiciones económicas entre las niñas, niños y adolescentes en el país ha creado una desventaja social para ellos, que, al verse afectados por la poca entrada de dinero en la familia o el desamparo de los padres, son obligados, directa o indirectamente, a trabajar para solventar gastos.
“El trabajo infantil es un tema donde hemos cerrado los ojos y no nos hemos hecho responsables de esta situación. La prevención y la erradicación del trabajo infantil la tenemos que poner en práctica, llevar a la realidad todos esos discursos, ideas, proyectos que solo se quedan en un papel. No podemos normalizar ni tolerar el trabajo infantil”, afirmó.
Alertó sobre un posible aumento de menores de edad que realicen trabajos forzados y peligrosos a corto plazo, sino se generan mejores y mayores condiciones para que los infantes realicen actividades que les corresponden hacer, como estudiar, realizar actividades recreativas y deportivas.
“Se han realizado esfuerzos institucionales para la prevención y erradicación del trabajo infantil, así como la protección del trabajo adolescente en edad permitida, sin embargo, éstos continúan siendo insuficientes si no se garantiza, en primer lugar, el trabajo decente y justo para las personas adultas responsables de hijos e hijas. La igualdad social continúa siendo un tema pendiente en todo el país”, consideró.
La diputada federal por el PT, manifestó también su preocupación sobre la modificación del numeral 8, fracción II del Artículo 176 de la Ley Federal del Trabajo, publicada en abril del año pasado que elimina la prohibición absoluta que existía del trabajo infantil de personas adolescentes entre 15 y 17 años en las actividades agrícolas, forestales, de aserrado, silvícolas, de caza y pesca.
“Lejos de beneficiar a cualquier menor de edad, genera incentivos para que las y los adolescentes continúen participando en estos trabajos precarizados, peligrosos e inapropiados para su desarrollo”, señaló.
La legisladora concluyó que tolerar el trabajo infantil no termina con la pobreza y la exclusión, sino que aumenta las probabilidades de que las y los niños que se encuentran en esta situación no consigan ingresos decentes y un empleo estable cuando sean adultos.