AMLO al ataque

22, febrero 2023

CATALINA NORIEGA

Desde que AMLO se enteró de la próxima concentración dominical de la oposición, nada menos que en plena Plaza de la Constitución, está que rabia y no hay forma de sacarlo del tema. Por si alguien no lo sabe, el objetivo de la reunión vuelve a ser la defensa del INE y, por lo tanto, de nuestro voto.

Tras su intento fallido por imponer, a través de su mayoría legislativa, una reforma electoral que no tiene pies ni cabeza y que solo busca eliminar al árbitro electoral, salió con su mamarrachada del Plan B, que conlleva la misma intencionalidad. Le gusta destruir por destruir, sobre todo cuando se atraviesa algún obstáculo sólido a sus destorlongados planes. Quiere mayoría absoluta en todo, como buen dictador. En las gubernaturas estatales, presidencias municipales, Poder legislativo y judicial. Autócrata, intenta tener entre sus dedos los hilos nacionales, sin que quede un cabo suelto.

Gracias a este INE llegó adonde está, pero es bien sabido que, en sus entrañas no cabe el agradecimiento ni la mínima lealtad a quienes podían haber tratado de ponerle piedras en el camino. Hemos visto como ha hecho a un lado a personajes abyectos que se le hincaban y que, sin embargo, cometieron algún minúsculo error y los castiga con su máximo desprecio. De esos tamaños de falta de humanidad está hecho el residente de palacio.

Somos muchos millones de mexicanos los que todavía nos damos cuenta de sus embustes y la farsa de una transformación corrupta, tan o más que un peñanietismo, del que tanto nos quejamos. Si bien es cierto que aún otro número grueso de millones lo sigue a ciegas, si viviéramos en una democracia habría respeto para los unos y los otros, pero por desgracia, el divisionismo que fomenta cada día en sus mañaneras, nos lleva a la confrontación de dos bandos.

El decir aquí estamos, del 26 de febrero, es dejar en claro que no puede seguir por esta senda, a pesar de que sin modificar la ley vigente, podrá hacer un daño irreparable.

En cuanto a la nominación de nuevos consejeros, saldrán de la elección que hará mayoritariamente Morena. Son ellos los que aportan a quienes definirán los nombres de los contendientes a esos suspirados cargos y, de acuerdo a los que han empezado a aparecer, son incondicionales de la 4T, sin criterio para ejercer objetividad.

Destaca el periodista Enrique Galván Ochoa, por supuesto de La Jornada y ultra defensor del tabasqueño, además de radical a raja tabla. Sus columnas son un dechado de elogios, sin visos de presentar las dos caras de la moneda. Para él solo existe el emperadorzuelo de palacio, al que se inclina con total devoción.

En ese sentido van a desgranarse el resto de sustitutos de especialistas como Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama, para dar paso a personajes serviles que, en nada aportarán a unas elecciones justas y libres.

Nos estamos jugando nuestro destino y el de varias generaciones. La expropiación que se ha hecho del territorio nacional, en cuanto a quedar tantas plazas a merced de la 4T, seguirá su indetenible marcha y arrollará con lo poco que nos queda. Si tomó más de setenta años echar al PRI de Los Pinos, qué esperanza podemos tener con todos los órganos de decisión bajo su férula.

Hay que defender a capa y espada, la mayor conquista del pasado y dejarnos de frivolidades, a fin de consolidar un bloque unitario opositor, capaz de ponerle un alto a quien no hace más que destruir, sin cualidad alguna para construir.

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