Aún desconectado, pero ¡electrocutan!

13, marzo 2022

Luces brillantes parecían hablar esperando a quienes harían florecer sentimientos… la sonrisa de la noche iluminaba las almas galopantes… los instantes de magia se volcaron con Fobia en el Metropólitan totalmente acústicos.

La primera aparición fue con Hoy Tengo Miedo… un temor que desapareció de súbito ante la algarabía de tres mil espíritus anhelantes, ratificando su presencia aparece el grito de Y Aquí Estoy…

Las intrincadas veredas en los versos fóbicos hacen transitar la mente a través de encrucijadas que parecen imposibles, sin embargo, al invocar a El Crucifijo se aclara la penumbra dando paso al brillo interno.

Un dulce elixir, aunque a la vez mortal… las lágrimas de esas pasiones se detienen en el latir del corazón al probar la enigmática Miel del Escorpión adornada con sonidos de Bossa Nova, una metamorfosis sónica hechizando los sentidos.

Esas alegorías sonoras se dejaron escuchar en diversas ocasiones rememorando obras inmortales a manera de ventana recién abierta: Black Bird -Beatles-, La Casa del Sol Naciente -The Animals-, Ana -Beatles-, Gloria -Umberto Tozzi-, fueron unas muestras.

El horizonte se vio a lo lejos como una promesa de caminar a través de una galaxia imaginaria al recorrer los Caminitos Hacia el Cosmos, sobre el templo llamado escenario emerge una curiosa figura; mamífero canino cuadrúpedo del orden de los vertebrados, una perrita con audífonos nombrada Arepa ¿¡curiosidad o excentricidad!?.

Quizá en otro recital hubiera provocado caos, aquí solamente un Descontrol controlado -paradigma de la paradojapara que Fobia continuara con su muy particular ceremonia… el existir por el imperio del amor se llama Vivo.

Otra pócima que embruja los sentidos al beber el Veneno Vil… los instintos cabalgando sobre corceles presagiando la presencia de El Diablo que en esta ocasión se presenta seductor, con el encanto de lo prohibido, la fascinación esplendorosa.

El siempre bien recordado espécimen transmutado por amor… El Microbito invita a varias a visitar el santuario p rovo ca n d o un delirio, la felicidad con cara de mujer al lado de quienes les han hecho soñar.

A paso lento llevando su hogar a cuestas se ve la figura de El Caracol… para muchos quizá insignificante, para otros el ser que jamás se apresura porque el tiempo no corre, este ser camina sobre ese misterio.

No había mejor forma de salir que Decirte Adiós… la noche continuó sonriendo porque aún sin el descubrimiento de Nicola Tesla Fobia logra electrocutar…