Azaroso uso de suelo: de AMLO a Claudia

8, mayo 2023

GABY SALIDO

Con la gestión del entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, a partir del año 2000 la llamada “Ciudad de la Esperanza”, sufrió cambios en materia de desarrollo inmobiliario.

Entre los cambios notorios, está la proliferación de Mega Proyectos, que incluían hoteles, oficinas, comercios y áreas residenciales.

Además de inversiones en millones de dólares, se necesitaron espacios con vocación del suelo o uso mixto, para desarrollar esas construcciones al Amparo de normas que, administrativamente permitieron facilidades. ¿Suena familiar?

Mediante el llamado “Bando 2” como eje de la política de vivienda en la capital, se intentó repoblar las hoy Alcaldías de la zona centro, otorgando incentivos para lograr ese objetivo.

Sin embargo, los efectos negativos fueron mayores que los beneficios planeados para los capitalinos, y no se hicieron esperar. Además de gentrificación, comenzó la escasez de agua.

Los expertos y analistas en ordenamiento territorial, señalan que esas políticas implementadas por el hoy inquilino de Palacio Nacional, originaron el desmedido desarrollo urbano, conocido como “Boom inmobiliario”.

Para entonces, era competencia de las Delegaciones -hoy alcaldías- autorizar o no, trámites como las Licencias de Construcción, lo que permitía un análisis de los impactos,  previo al desarrollo.

Sin embargo, se sustituyó la Licencia por la Manifestación de Construcción, prefiriendo revisar ya que está la construcción, en vez de analizar preventivamente.

También, la Secretaría de Desarrollo Urbano centralizó facultades, con el argumento de evitar la corrupción. ¿Eso también suena familiar?

Curiosamente quienes centralizaron esas facultades, hoy en contra de la Constitución, lo vuelven a intentar con el mismo argumento.

Al no lograr su objetivo, Claudia Sheinbaum emitió Acuerdos Administrativos como estrategia azarosa que limita a las Alcaldías e impone condiciones para que la ciudadanía haga valer sus derechos.

Así, la semana pasada vimos la última intentona por eliminar lo que hoy, ya es una herramienta de defensa ciudadana. La Publicitación Vecinal.

Con un argumento de simplificación de trámites y gobierno digital, se pretendía borrar de la Ley, el procedimiento de publicitación y el ejercicio del derecho que implica.

Gracias a la presión social, se frenó la reforma y se puso en evidencia la falta de conocimiento técnico en materia de desarrollo urbano, pues la iniciativa del Gobierno eliminaba un derecho por imponer, a ultranza, una plataforma digital.

Las facilidades administrativas que, discrecionalmente otorga el Gobierno Central, es una práctica llena de opacidad que AMLO heredó a la Ciudad; hoy como buena pupila Claudia Sheinbaum, quien fuera su Secretaria de Medio Ambiente, sigue sus pasos.