CATALINA NORIEGA
Llamarles cínicos es muy poco, junto a lo que se merecen. Las tres “corcholatas” de AMLO –Sheinbaum, Ebrard y Adán Augusto López– se desatan y se tiran de clavado a una competencia absolutamente anticonstitucional.
Sheinbaum y López infestan de bardas, cartelones y pintas a la República entera (Aunque la Claudia se lleva a todos de corbata), mientras Marcelo se organiza un equipo de 300 genízaros que controlarán su campaña, a lo largo y ancho del territorio. Ni las formas guardan y lo hacen a plena luz del sol, en una franca confrontación con el mandato de la Carta Magna y las leyes electorales secundarias, que prohíben la propaganda anticipada.
Les salen sobrando los tiempos cuando, para acabarla de fastidiar, la consentida del triduo recibe todo el apoyo del tlatoani, el que dice muy orondo y lirondo, que el INE viola la Constitución. De no creerse la desmesura y la fantochería de quien se considera propietario único del país, con todo y habitantes, instituciones, leyes y cualquier otro bien material u ordenamiento.
La respuesta del emperador de palacio salió cuando la Comisión de quejas del mencionado INE, obligó a la damisela de Marras a publicar una carta en la que se desvincula de quienes están colocando la propaganda a su favor.
La contestación del Instituto electoral se debió a las quejas presentadas por partidos políticos y ciudadanos, quienes denunciaron las arbitrariedades visibles. ¿O será que al metro capitalino –entre tantísimos otros lugares– sólo ingresan invidentes que no pudieron ver las paredes tapizadas de fotos de la interfecta?
La personaja ha hecho alarde. Ya sólo está tres o cuatro días de la semana en la Capital, mientras el resto se dedica a andar de giras en el interior, en donde la reciben de gobernadores para abajo, con abrazos y aplausos.
En su “defensa” contra el máximo órgano electoral, lo calificó –en ese mimetismo vergonzoso que tiene con su gurú– de tener un “talante antidemocrático y conservador”, palabrejas desgastadas por quien la mueve como a títere, desde su enclave palaciego.
Mientras está de plena promoción en otras entidades, el “porro mayor”, Martí Batres, les echa los granaderos a los pobladores de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, quienes se manifestaban en contra de la Comisión de aguas por una obra que afirman les va a acabar de quitar el poco líquido que reciben. La gresca fue monumental y tuvo un saldo de 19 heridos, sin que se le vea un final feliz, a pesar de que ya se instalaron unas mesas de diálogo.
El metro agoniza y no hay día en el que no ocurra algún percance. Lo mismo sale humo de un vagón que cualquier otra anomalía que provoca pánico entre los viajeros, angustias inauditas y retrasos de horas. Proliferan las imágenes de los miles de personas varadas, sin posibilidad de movilizarse a su destino, en peligro por la inseguridad del mencionado transporte y la histeria masiva de quienes se ven desalojados.
Después de la dramática muerte de dos jovencitas, al caer en una coladera sin tapa, otra mujer ya sufrió lo mismo, aunque por fortuna no perdió la vida. La ciudad está convertida en un caos, abandonada sin el correspondiente gobierno y hay que cuestionarse de dónde demontres saca dinero esta señora, para andar de puro periplo.
Violan la ley, abandonan sus obligaciones y encima critican a un Instituto Nacional Electoral, que es nuestra única defensa en contra de esta runfla de sátrapas.
@catalinanq
