Canelo… Mentiras verdaderas

14, septiembre 2022

Edgar Valero

No tiene remedio. Cada vez que llegue septiembre y cualquier boxeador mexicano se presente en el fin de semana de fiestas patrias, las comparaciones saltarán una y otra vez. Quien sea, como sea, por el título que sea, contra el gran Cesar del Boxeo Mexicano, Julio Cesar Chávez.

En una época en que la fama se gana con likes, los millones de dólares se desparraman en cualquier evento deportivo, extraordinario, regular o malo, y son los prota- gonistas quienes se autoproclaman “los mejores” a sabiendas que no es cierto, pero para satisfacer a su imberbe afición, tratan de engañar, que por cierto es un deporte nacional en estos días en México, y tratan de ignorar la historia, como si todos los que la hemos atestiguados fue- ramos idiotas y desmemoriados.

Las múltiples declaraciones del “Canelo” Alvarez, que va a ser sin duda, por ahora, el boxeador mexicano que más dinero haya ganado, al principio nos causaban cierto repudio, pero ha llegado a tal extremo de querer ser un influencer, un ídolo, un gigante del deporte, quien ya nos causan risa.

Es evidente que la pobre oposición que ha enfrentado, no le permitirá nunca alcanzar los niveles de admiración y respeto que otros boxeadores, como Rubén Olivares, Salvador Sánchez, Juan Manuel Márquez y por supuesto Julio Cesar Chávez, alcanzaron rompiéndose la cara en el ring ante los mejores del mundo, y en algunos casos, de varias generaciones.

Y esto se trata de boxeo no se nos olvide. Yo no se si Alvarez quiera competir por el título del “mas guapo”, “mas rico”, “con más lana”, “más más” y otras categorías en las que seguramente si deberá ser proclamado rey del universo. Pero en el boxeo, no. ¡No…! Así de simple.

Después de la cachetiza que le puso el ruso Dmitry Bivol, ahora viene a decirnos que se siente “el mejor del mundo”, ¡qué bueno!, es libre de sentirse lo que él crea, pero de ahí a lo que hemos visto en el ring hay una estratosférica distancia que podría colocarlo como uno de los mejores, digamos, 100 peleadores de la historia. Por logros magros y victorias carentes de emoción, pasión y drama. Bueno, carentes hasta de boxeo.

Enfrentar a boxeadores que llegan solamente aspirando a cobrar bien para luego despedirse del boxeo no tiene chiste. El monstruo creado por Televisa y Televisión Azteca, con amoríos inventados, donaciones miserables (mejor que no done) para hacerse publicidad y muchos muchos muchos peros, no le han ganado el respeto de los verdaderos aficionados al boxeo, sino de aquellos que en el mundo de los “sociales” quieren correrse una buena borrachera en fin de semana de fiestas patrias, tener una razón para irse de “finde” a Las Vegas, y otras muchas razones, menos para celebrar una apoteótica victoria como las que nos solía regalar el boxeador más grande que ha dado este país.

Y las comparaciones vienen porque Alvarez las ha forzado. La pelea del sábado es otro caso más de lo mismo. La única diferencia es que aunque el rival, Gennady Golovkin, defensor en 21 ocasiones del campeonato mundial de peso medio, obtuvo el dinero que quería, lo obtuvo no para ser comparsa, y no se lo pagaron para que no maltrate la cara del Canelo, se lo pagan para que la cadena DAZN pueda recuperar algo de los cientos de millones de dólares que ha invertido en el Canelo y que no han regresado a sus arcas.