Como nombró el gran Delfín Sánchez Juárez, al bar de la embajada de la entonces Yugoeslavia, bajo su férula. Y como “potrolocos” se comportó la parejita imperial, en la reciente reunión de los tres presidentes, poniendo en vergüenza a un país que se distinguía por la calidad y calidez de su trato con los representantes
De protocolos a potrolocos
Como nombró el gran Delfín Sánchez Juárez, al bar de la embajada de la entonces Yugoeslavia, bajo su férula. Y como “potrolocos” se comportó la parejita imperial, en la reciente reunión de los tres presidentes, poniendo en vergüenza a un país que se distinguía por la calidad y calidez de su trato con los representantes