AIDA RAMÍREZ

Foto: Cuartoscuro

La marcha pacífica de alrededor de siete mil personas para recordar y exigir justicia por la desaparición de los 43 normalistas de la escuela rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero hace ocho años, contrastó con los casi un centenar de embozados que no dejaron de hacer desmanes y vandalizar comercios, edificios históricos y de gobierno, así como un hotel y una sucursal bancaria sobre Paseo de la Reforma, avenida Juárez y en la calle 5 de mayo.

Pero de ello, el secretario de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, aseguró que no hubo detenidos ni heridos, aunque una de las embozadas resultó con afectaciones en una mano tras aventar una bomba molotov, y una integrante del grupo Marabunta fue agredida en la cabeza con un bote de pintura en aerosol.

Pasadas las 16:00 horas de este lunes, inició la marcha convocada desde la semana pasada por familiares, amigos y estudiantes de la misma escuela normal guerrerense que salió desde el Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo capitalino, a quienes se les adhirieron integrantes de algunos sindicatos, organizaciones civiles y de otras escuelas.

Sin embargo, tras pasar la vanguardia que paró frente a la antimonumenta que se ubica en el cruce de avenida Guerrero, Bucareli y Reforma para pasar lista a los estudiantes desaparecidos, la situación empezó a subir de tono ya que los embozados empezaron a vandalizar comercios y tratar de tirar o romper los tapiales que se colocaron en algunos de ellos.

Aunque antes, ya habían roto los vidrios de la Torre de la Secretaría del Bienestar y los monumentos que pudieron, fueron pintados con aerosoles.

Al llegar a avenida Juárez, de igual forma rompieron vidrios de un restaurante de comida rápida, de una sucursal bancaria, así como de la entrada principal del Hotel Hilton, aventando piedras y pedazos de banquetas fracturadas; la Secretaría de Relaciones Exteriores también fue pintada.

Ya cuando la vanguardia había llegado a la plaza de la Constitución, a la altura de 5 de mayo entre Palma e Isabel La Católica, los ataviados con sudaderas negras y pasamontañas, algunos y paliacates cubriendo su rostro, algunos más, violaron los candados de una tienda de ropa y artículos deportivos, y cuando intentaron ingresar elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), actuaron y se armó un encontronazo.

Cohetones se dejaron escuchar, piedras, palos y martillos fueron lanzados contras los policías quienes tienen la instrucción de no responder a las agresiones, pero sí les fueron arrebatados algunos de sus escudos.

Hasta el lugar llegó personal de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX, trabajadores del Gobierno local, así como integrantes de Marabunta para evitar que la confrontación escalara.

En la plancha del Zócalo, los familiares y amigos de los estudiantes desaparecidos exigieron resultados al gobierno federal, y aseguraron que no descansarán hasta encontrar la verdad, aunque en el camino, padres y madres de familia ya han fallecido.