Menudo margallate el que se trae la jefa de gobierno de la CDMX, con el fiscal de Morelos. ¿La causa? La muerte de la joven Ariadna Fernanda, cuyo cuerpo apareció en una carretera de Morelos, entidad en la que esto sucede con una frecuencia inaudita.

El resultado de la autopsia que se le realizó en la entidad a cargo de Cuauhtémoc Blanco, señala que murió por congestión alcohólica, que le produjo una broncoaspiración.

En una segunda autopsia, a petición de familiares, ya en la capital, el fallecimiento se atribuye a golpes que afectaron distintos órganos. ¿A quién creerle?
Con el tono soberbio y majadero, que la caracteriza, Sheinbaum denostó a la fiscalía morelense y a su titular le llamó de todo.

Uriel Carmona respondió con una conferencia de prensa, en la que, la forense que estudió el homicidio, aclaró con precisión la forma en que se actuó y el porqué de las conclusiones.

La doctora demostró conocimientos sólidos y, sin ofender ni agraviar a nadie respaldó su actuación.

La fiscalía de la CDMX, por su parte, detuvo a la amiga de Ariadna -con la que convivió previo a su muerte y el novio de ella -propietario del departamento en el que estaban de fiesta- se entregó horas después en Monterrey y ya está también en un reclusorio capitalino.

En el caso de que la asesinaran, ninguna autoridad ha mencionado el posible móvil y sólo hay especulaciones en cuanto a que se ve al amigo del convite, llevar en hombros el cuerpo de la joven, en el estacionamiento del edificio y depositarlo en una camioneta.

De allí se dice fue a tirarlo a la carretera.

El meollo del asunto está en la inquina que se maneja contra el fiscal morelense, del que se sabe es enemigo acérrimo de su gobernador. Hasta AMLO, desde su glorioso púlpito, ya lo atacó y se pide que la fiscalía general de la República lo remueva -lo que no puede hacer, en tanto el cargo depende del Congreso local, cuyos diputados están a su favor-.

A Carmona lo nominó el exgobernador Graco Ramírez, quien tiene pleito casado con el tabasqueño, el que trató de que se le persiguiera cuando acabó su administración. No lo consiguió.

Sheinbaum está acompinchada con Cuauhtémoc Blanco, quien ya le ha demostrado su total incondicionalidad para apoyarla en su carrera por la presidencia. A ella es lo único que le interesa y de lo único que se ocupa. No mueve un dedo que no sea para exhibirse, sacar raja y seguir como la corcholata favorita de palacio.

Blanco ha encabezado un gobierno corrupto y Carmona ha hecho varios intentos por encausarlo -aunque él a su vez, tampoco es una blanca paloma-. Politiquería pura y vil de ambos bandos.

Habrá que ver en qué acaba el misterio de la muerte de Ariadna Fernanda, aunque hay que dejar en claro que es una vergüenza que se use un feminicidio para colocarse en las candilejas, como lo hace la Sheinbaum.

La señora, en su mimetismo del tlatoani, jamás ha defendido una causa feminista y, por el contrario, ha condenado las marchas. Desde que tiene a su asesor catalán, aparece hasta en la sopa, despilfarra millones en propaganda y no hay asunto en el que no aparezca como ajonjolí de todos los moles.

Lo grave es que, en esta República siguen matando mujeres como si se fumigara moscas y los crímenes quedan en la impunidad. Cuando se investigan es por cuestión politiquera. Habrá que ver en qué acaba este sainete y confirmar que en verdad se busca justicia y no enjuagues de mini grillos.

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