MARTÍN AVILÉS

Foto: Reuters

Los sueños de la Estrella Solitaria se esfumaron en un parpadeo. Mucho antes de lo presupuestado, los Dallas Cowboys fueron eliminados de los Playoffs, adonde llegaban con la ilusión de romper una sequía de 28 años sin representar a la Conferencia Nacional en un Super Bowl.

Por esa razón, la sorpresiva derrota que sufrieron en casa ante los Green Bay Packers en la Ronda de Comodines, apunta a provocar una fuerte sacudida en el equipo del Este de la NFC, cuya afición está cansada de tantas desilusiones.

El dueño de la franquicia Jerry Jones se marchó decepcionado y sumamente dolido por una derrota que incluso podría ponerle fin al proyecto de Mike McCarthy como entrenador en jefe.

LEE ADEMÁS: Dallas destroza a Carolina con Prescott a medio gas

“Esta parece ser la (derrota) más dolorosa. Va más allá de mi comprensión. No voy a hablar en específico de ningún jugador o entrenador. No voy a comentar sobre nadie. Ni siquiera he pensado por un segundo en eso”, manifestó Jones posterior a la eliminación.

Dallas ingresó a postemporada con el segundo mejor registro de la NFC con récord de 12 victorias y cinco derrotas. Pero se vio superado en todos los sentidos y prolongó su marca a 0-57 cuando se encuentra abajo en el marcador por más de 22 puntos desde 1991.

“Nunca pudimos entrar en ritmo. Nos hicieron demasiadas jugadas grandes. Sólo despejaron una vez. Así no se puede”, aseguró el coach Mike McCarthy luego de que su equipo recibió 48 puntos en un juego de Playoffs.

TE PUEDE INTERESAR: Dallas Cowboys sufre cardiaca derrota ante su odiado rival, Philadelphia Eagles

Dak Prescott tampoco se escapó de las críticas. El desempeño del quarterback volvió a ser malo en un juego de eliminación directa, al cometer dos intercepciones que terminaron en 14 puntos para su oponente.

“Obviamente, no jugué bien. Si quieren culpar a Mike (McCarthy) deberían culparme a mi primero. Tuve la temporada que tuve gracias a él. En general no jugamos bien a la ofensiva y el principal culpable soy yo”, dijo el pasador de 30 años, a quien todavía le queda una temporada más bajo contrato con los Cowboys.

Los planes sobre su renovación están sobre la mesa, pero la forma en que se despidieron podría costarle desde unos millones, hasta perder un contrato a largo plazo en la organización.