POR JESUS TEPEPA

Cuando las nubes se vistieron del color de la noche emergieron sonidos al igual que cánticos estremeciendo al universo, nacía Kiss… han pasado ya cinco décadas durante las mismas han proliferado bandas tributo en todo el orbe; el próximo diecisiete de julio en el Metropólitan Carnival of Kiss rendirá pleitesía al eterno beso del rock.

“Vivir esos personajes que admiramos desde niños y convertirnos en ellos es una gran responsabilidad, no solamente es maquillarse o vestirse es transformarnos como en súper héroes -toda proporción guardada- para representar a una gran banda”.

Loa kissfans suelen ser exigentes.

Desde luego por ello lo hacemos con todo respeto y en un gran sitio como es el Metropólitan”.

No es sencillo caracterizar a quienes en sí mismos se han caracterizado.

“Es una enorme satisfacción pues cuando tuvimos la oportunidad de ir a Ucrania -por supuesto antes del conflicto- la gente nos decía que veían en nosotros lo más cercano a Kiss, no somos ni nos creemos ellos solamente presentamos su música con gran ilusión”.

Obviamente hay un grado de complejidad.

“Al momento de estar en el escenario tratamos de ser lo más parecido porque es muy complicado pero padre representar a la banda que revolucionó el show bussines; muchos piensan que es fácil de versionar pero sus armonías son muy interesantes e incluso complejas”.

Los neoyorquinos han trascendido ya a niveles de culto masivo con ese enigmático hechizo sónico.

“Queremos proyectar esa magia que ha sido, es y seguirá siendo un auténtico ritual porque quizás a alguien no le encante Kiss, pero hemos sido testigos que al instante de ver su show la gente no sabe explicarlo porque es imponente”.

Al momento de nacer esa caricia de amor se transmutó en muestra de heavy-hard con alto nivel de expectativa.

“Ese beso nos sedujo quedamos hechizados y hoy nosotros besamos a la gente para ofrecer un buen momento en sus vidas”.

Beso de rock… beso de siempre…