El país depende también de ti

5, febrero 2023

FELIPE ARIZMENDI

Obispo Emérito de SCLC

MIRAR

Se calienta más y más la contienda electoral en nuestro país. Cada quien espera que se designe al candidato o candidata de su preferencia, porque en esa persona y en su partido deposita su confianza, sin advertir que todos somos frágiles, falibles y pecadores. A pesar de tantas decepciones que hemos vivido, algunos se imaginan que con esa opción partidista se acabarán todos los males y todo va a ser diferente. 

Hay líderes que tienen mucha facilidad para hacer propuestas que suenan muy atractivas, aunque en la práctica sea muy difícil ponerlas en práctica. Hay quienes aceptan lo que dice su líder o su candidato, sin hacer un análisis basado en datos comprobables, sino sólo fiándose de sus promesas, sobre todo si van acompañadas de dinero para atraer electores.

Algunos ponen su confianza en su relación personal con algún candidato, o en personas que les puedan recomendar con esa persona, esperando que, si sale elegido, se resolverán todos sus problemas económicos. Son los eternos dependientes de un cargo que les puedan dar, a pesar de que estos son eventuales, o quienes sólo toman en cuenta los apoyos mensuales o bimensuales que les hacen llegar, con los que les tapan la mente y les compran su voto, aunque lo disfracen de justicia social. Los pobres, los ancianos, los minusválidos, los desempleados, los jóvenes tienen derecho a que la sociedad, encabezada por los gobernantes, les proporcione los apoyos necesarios, pero no a costa de su dignidad, considerándolos sólo una inversión electoral. Eso es degradante y es viciar la democracia y el ejercicio del poder.

Hay personas que se pasan toda la vida quejándose de todo y de todos, del clima frío o caliente, de los baches en las calles y carreteras, de la violencia e inseguridad, de la degradación de la política y de los malos testimonios de los clérigos, y hay razón para quejarse. Lo que no sirve es reducirse a quejas y lamentos, sin hacer algo, aunque sea pequeño, para mejorar la situación. No podemos esperar que todo lo resuelva el gobierno. Cada quien podemos hacer algo por la comunidad.

DISCERNIR

El Papa Francisco, en el viaje que está realizando a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, acaba de decir algo que nos sirve a todos, aunque lo diga en un contexto africano. La inspiración de fondo está tomada de la Palabra de Dios y vale para todos. Dijo:

“Quienes ostentan responsabilidades cívicas y de gobierno están llamados a actuar con transparencia, ejerciendo el cargo recibido como un medio para servir a la sociedad. De hecho, el poder sólo tiene sentido cuando se convierte en servicio. Qué importante es actuar con este espíritu, huyendo del autoritarismo, del afán de ganancias fáciles y de la avidez del dinero, que el apóstol Pablo llama «la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Y, al mismo tiempo, favorecer la celebración de elecciones libres, transparentes, creíbles; buscar el bien común y la seguridad de la gente por encima de los intereses personales o de grupo; hacerse cargo de las numerosas personas desplazadas y refugiadas. No debemos dejarnos manipular ni comprar por quienes quieren mantener al país en la violencia, para explotarlo y hacer negocios vergonzosos; esto sólo trae descrédito y vergüenza, junto con muerte y miseria”.

ACTUAR

Seamos correponsables de la suerte de nuestra patria, empezando por la propia familia, por la comunidad local, y hagamos cuanto podamos por el bien de los demás y por desenmascarar a quienes usan a los pobres para sus intereses. ¡Eso es indigno!