MARTÍN AVILÉS
Foto: Martín Avilés / Ovaciones
“¡El viejo sabroso, el viejo sabroso!”. Por las bocinas del Foro Sol suena Seven Nation Army de The White Stripes (2003), una canción que se ha convertido en himno de guerra para los mexicanos. Al ritmo de las notas que conforman esa melodía, miles de aficionados corean ese apodo que Sergio Pérez se hizo acreedor tras un meme viralizado en 2021. “¡El viejo sabroso, el viejo sabroso!”, retumba hasta cimbrar las gradas y el estallido de júbilo es demencial.
El Gran Premio de la Ciudad de México es la catarsis de una temporada de altibajos, críticas y lamentos para la simbiótica relación entre Checo y sus fanáticos. Porque como dice el Cielito Lindo, otro himno de la cultura popular mexicana, cuando las cosas no marchan de la mejor forma, “canta y no llores”.
Pérez Mendoza se pasea en el tradicional desfile de autos antiguos a bordo de un Bentley antiguo descapotable. Desde ahí saluda a las enardecidas tribunas y sonríe. Está en casa y lo sabe. Los mexicanos ahí encuentran la paz que se necesita en los álgidos momentos de la vida.
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“Es increíble la verdad, cada año confirma lo grande que es todo esto. Orgulloso de que todo ha valido la pena. Muy agradecido de toda la gente que está aquí, haciendo el esfuerzo por venir a apoyarme”, dice el jalisciense de 33 años con los ojos cristalizados de emoción.
La presión ha sido insoportable para Sergio. A pesar de que actualmente ocupa el segundo lugar de la clasificación en el Campeonato Mundial de Pilotos. El mexicano ha sido severamente cuestionado por su irregular desempeño, ya que con 240 puntos, Pérez Mendoza tiene solo 39 unidades más que el británico siete veces campeón mundial con 201.
“Es muy importante. Tener una buena arrancada y empezar a remontar en la primera vuelta. A partir de ahí ver cómo se comportan los demás”, examina Pérez sobre las claves para ganar la carrera. “(El podio) ese es el objetivo para hoy. Vamos a dejarlo todo, hay una larga carrera por delante y todo puede pasar el día de hoy”.
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Tan pronto Sergio termina de hablar, el Foro Sol retoma su frenesí. “¡Sí se puede, sí se puede!”, le responde la muchedumbre al piloto de Red Bull. Jamás en la historia un mexicano ha podido triunfar en el Gran Premio de la CDMX. Sergio largará quinto en busca de prolongar su ya de por sí deslumbrante legado en la máxima categoría del deporte motor.
