Mal y de malas con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Autoridad Federal Educativa de la Ciudad de México (AEFCM), que generaron amplias expectativas con el regreso a clases a partir del 7 de junio.

Y es que, este lunes los directivos de las escuelas dieron a conocer, según los resultados de las encuestas virtuales, sondeos de opinión, reuniones por grupo con familias, con vocales, grupos de mensajería instantánea, buzón afuera de la escuela, que se llevaron a cabo entre jueves y viernes pasado, si los padres de familia estaban de acuerdo en que los alumnos regresaran o no a clases.

Pero más allá de ello, las autoridades educativas nunca señalaron que el retorno sería sólo para abarcar y trabajar en la situación socioemocional de los estudiantes, y no así en la situación escolar, de rezago educativo.

A lo anterior, se agregó que el regreso a clases si bien es voluntario, no se preció que esa situación también aplicaba al personal administrativo, maestros, personal de intendencia.

Y es que, si bien de manera tardía las autoridades del gobierno federal iniciaron con la inoculación de maestros con la vacuna CanSino, no tomaron en cuenta que una buena parte de docentes son mayores de 60 años quienes se vacunaron con otro tipo de biológico y que, hasta el momento, su segunda dosis no se ha aplicado, a lo que se suma el hecho de que muchos de los maestros que pudieron haberse enfermado de manera grave de Covid-19, aún no se han recuperado del todo.

De tal forma que, a reserva de lo que la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México dé a conocer, una muy buena parte de los planteles escolares de nivel básico no abrirán sus puertas en la capital del país, pues a ello se habrá de sumar la cantidad de padres y madres de familia que hayan contestado de manera negativa que enviarían a sus hijos a clases.