JESUS TEPEPA

Foto: Cortesía Randy Vallejo

En el inmenso sendero del horizonte sónico existen colores que hablan: blues, jazz, rock, rythm e indiscutiblemente el folklore propio de cada continente, país, región… Steffie Belt expolra esa vereda con su álbum La Raíz.

“Estoy re-encontrando mi propia música al reconocerme como latina, ser latinoamericano implica muchísimo con una mezcla riquísima de tonalidades, sabores; somos algo aparte que no hay en otros continentes”.

Al virar la mirada hacia esa tradición se hacen descubrimientos.

“Volteamos a ver quienes somos porque he incursionado en el blues o jazz ahora con incorporaciones pues es parte y parte; crecí oyendo música clásica y salsa, después entré a una banda de blues y me encantó”.

Ese canto triste proveniente desde los campos de algodón con afro-americanos.

“Cantarlo en español es mi bandera mi forma de decir y lo disfruté pero no me quedo pegada a un género, mi mamá me dejó sus raíces, esa cubanía que me heredó”.
El concepto despierta interés en el oído.

“Hago una mezcla de tango, cumbia, rock… eso nos lleva a mente y espíritu… la intención no es consumista lo importante es decir algo de los problemas que ya son generacionales”.
Lo inmediato impera desde hace un tiempo más que respetable.

“Vivimos en un sistema que el centro es el consumo con música revuelta, no se oye se consume que es diferente y cada vez es más difícil comprender lo que se dice, de ahí la valía de los conciertos, ahí se siente la energía verdadera del artista y lo que recibe la gente”.

Esa carga energética de vivir…

“Se vive para morir y se muere para volver a vivir, quienes se van nos dejan vida y nos permiten seguir creando”.
Desde su raíz hasta lo que vaya a venir…