MARTÍN AVILÉS

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Muchas cosas han cambiado desde aquel 29 de octubre de 2017, cuando Max Verstappen se convirtió en el héroe de la afición azteca al romper la racha de dos triunfos consecutivos de Mercedes en el Gran Premio de México. La sociedad es renuente a las hegemonías casi por antonomasia, por ello, después de cuatro triunfos en las últimas cinco carreras disputadas en el Autódromo Hermanos Rodríguez, además de su animadversión con el local Checo Pérez, ahora el neerlandés es enemigo público en territorio nacional.

Sergio Pérez acumula dos podios en la Ciudad de México, ha entrado seis veces al top 10 y solo registra un abandono. Cifras sólidas, si se toma en cuenta que antes debía hacer milagros en una escudería de media tabla como Force India, después Racing Point. Pero ahora, ante la exigencia de defender su segunda posición en el Campeonato Mundial de Pilotos para salvar una temporada que parece destinada al fracaso debido a su inconsistencia, el jalisciense tendrá que apoyarse en el apoyo local para intentar lo que ningún mexicano ha logrado hasta ahora: triunfar en el Hermanos Rodríguez.

El problema para el tapatío de 33 años de edad pasa por dos monstruos que entre ambos han ganado las seis últimas ediciones de esta carrera y no le darán el paso ni mucho menos le regalarán nada el próximo domingo 29 de octubre. Y es que su principal obstáculo y bestia negra durante su estadía en Red Bull Racing, Max Verstappen, ya anteriormente ha demostrado que no dejará pasar a Checo, ni siquiera para devolverle el favor al mexicano que cuando se le dio la orden desde la radio, obedeció en el Gran Premio de España 2022.

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Por si fuera poco, el neerlandés ha recibido una ráfaga de insultos y rechiflas por parte del público mexicano cada vez que tienen oportunidad. Recién el pasado domingo, tras la premiación en Austin, el europeo fue sofocado entre gritos de “¡Checo, Checo!”, además de un claro abucheo durante el himno de Países Bajos.

“No me molestan (los abucheos) porque al final soy yo quien se va a casa con un trofeo. Así que está bien para mí”, dijo en entrevista al medio Viaplay. “(Si esto pasa en México), entonces igual seré el que se va a casa con ese trofeo, así que está completamente bien”, advirtió.

Y nadie mejor que ‘Mad Max’ tiene los argumentos suficientes para tomar venganza y silenciar al público azteca. Es por mucho el máximo ganador de todos los tiempos en el Gran Premio de la Ciudad de México al proclamarse vencedor en 2017, 2018, 2021 y 2022. Sus cuatro victorias doblan la cifra obtenida por los cuatro siguientes máximos ganadores, ya que Jim Clark, Nigel Mansell, Alain Prost y Lewis Hamilton comparten el segundo peldaño con dos triunfos cada uno en la pista de la Magdalena Mixhuca.

El hecho de que Hamilton esté en la lista de los máximos vencedores de este Grand Prix no es algo alentador para Pérez Mendoza. Si bien, a falta de cuatro carreras y 112 puntos en disputa —contando vueltas rápidas y sprint—, y con un margen de 39 puntos sobre el de Stevenage, Reino Unido al tener 240 y 201 puntos respectivamente, Checo no tiene asegurada en lo absoluto la segunda plaza de honor del mundial de pilotos. Por esta razón, la experiencia de Hamilton y el recuerdo fresco de haber impuesto condiciones anteriormente en México, le da un aire de esperanza en su persecución sobre el número 11.

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El siete veces campeón mundial triunfó en la CDMX en 2016 y 2019, en la época del dominio absoluto de Mercedes Benz. Lo hizo sin mucha dificultad y con la seguridad ser respaldado por la mejor escudería del momento. En esa misma tesitura, Verstappen correrá el próximo fin de semana con todo a su favor y con la arrogancia que lo caracteriza como estandarte para no tentarse el corazón ante los miles de fanáticos que estarán ávidos de un triunfo de su hijo pródigo.

Tampoco Hamilton lo pensará dos veces en su intento por arrebatarle a Pérez la segunda posición del mundial. Será pues, momento para que el nacido en Guadalajara, Jalisco, dé lo mejor de sí e imponga su talento como ya lo ha hecho este año en dos ocasiones (en Arabia y Azerbaiyán) y así regale esa alegría que tanto añora el pueblo mexicano. Deberá nadar entre dos salves tiburones que entre ambos han ganado los seis últimos Grandes Premios de la Ciudad de México, misión nada sencilla para un héroe que si de algo sabe, es de emerger de entre la adversidad.