LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ
El 28 de mayo se realizará la final del futbol mexicano; y si la política es el debate de lo público, pocas cosas son tan públicas y apasionantes como la final del futbol. Ésta tiene características muy interesantes, la primera es que representa dos proyectos diferentes.
Por un lado, las Chivas, un equipo que juega exclusivamente con mexicanos, particularmente basado en la cantera, lo que nos permite ver una idea de futuro y desarrollo deportivo nacional; el hecho de que exista un equipo basado en la juventud mexicana es esperanzador, sobre todo frente a la indolencia de la mayoría de los equipos de debutar jóvenes. Por el otro lado, una gran institución: los Tigres, que han apostado a las grandes chequeras con inversiones multimillonarias y un equipo que parece más una legión extranjera y sin muchos referentes de debutantes mexicanos.
Será interesante no solo ver el resultado de estas dos grandes aficiones, sino también qué proyecto deportivo puede ser el campeón del futbol mexicano. Todo esto se da en el marco de la salida del malabarista Yon de Luisa y la llegada de Juan Carlos Rodríguez como su sucesor. Lo que ha caracterizado a la gestión de la liga y a la Federación Mexicana de Futbol es el nulo interés por el desarrollo futbolístico, deportivo y en específico de jugadores mexicanos; así como la nula responsabilidad social de la federación en la que habrá que distinguir de instituciones extraordinarias como Fundación Televisa o GNP con sus proyectos sociales.
El nuevo perfil no sorprende a nadie, viene de TUDN, lo que muestra que la prioridad son las ventas en televisión, y no las niñas, niños o a la afición que con tanto cariño sigue a la liga, y con una visión basada en el negocio de las transmisiones y apuestas; los demás somos irrelevantes.
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador habla de reformar la vida pública habla de todos los aspectos; y es precisamente que todas las instituciones como el futbol deben hacer una renovación moral. Por lo que, si hubiera un poquito de amor al deporte, patriotismo y ética, la prioridad no podría ser únicamente un producto rentable; lo más importante debe ser una limpieza ética al futbol en aspectos por todos comentados, como la mafia entre agentes deportivos y muchas otras lacras, así como una reforma que permita crear un verdadero fair play, que sería la base para un auténtico desarrollo deportivo. La federación y la liga sin duda son un negocio, pero debe estar basado fair play en las aspiraciones, los sueños y la pasión de la gente, por lo que debería tener una visión y un compromiso social, particularmente con la infancia.
En la Ciudad de México hemos tenido eventos con la Major League Baseball (MLB) con la National Football League (NFL), pero jamás con la FEMEXFUT, lo que da una pequeña muestra del interés de la federación o la liga por las niñas y niños. Será interesante ver qué pasa en la final, pero más interesante será ver si algún día tendremos un futbol ético y con una perspectiva social.
@LuisH_Fernandez
