La primera convocatoria de Diego Cocca al frente de la selección nacional termina siendo una especie de llamado a una asamblea general ordinaria, en donde los 34 convocados (enorme número de futbolistas por donde se quiera ver) se reúnen para conocer personalmente al nuevo entrenador, para que el mismo lo conozca y se platique de viva voz acerca del proyecto.

Ya aterrizando la discusión al plano estrictamente deportivo, tomando en cuenta que el estratega se refirió a una segunda lista con 20 futbolistas más que están siendo observados, la eterna consideración del vaso medio lleno o medio vacío:

1.Existen más de 50 jugadores de nivel tal, dignos de ser considerados en selección nacional.

2.-Siendo el nivel tan parejo entre el futbolista mexicano, se llega a un punto que, a la selección puede ir cualquiera.

Elija usted.

GANAR Y GUSTAR: SE EXIGE

Por lo pronto se viene la presentación de esta nueva etapa con una visita a Surinam y una local en el Azteca frente a dos selecciones cuarto o quino orden a nivel mundial.

En momentos de credibilidad poca o nula hacia el tricolor, las victorias y sobre todo las FORMAS se vuelven, perdón “gente de fulbo” por utilizar “la palabra maldita”: OBLIGACIÓN.

Porque si frente a Jamaica en el Azteca, en la presentación como local de tu entrenador, con los jugadores que a la postre elija para ver acción, no asumes un COMPROMISO con tu lastimada afición, para jugar bien al futbol, ganar con cierta holgura y con una buena dosis de lucimiento, ¿Entonces cuando?

No veo a un padre de familia invitar a su hijo al estadio para “Ver si se le puede hacer un gol a Jamaica.”

Pueden venir una serie de “sesudas” explicaciones táctico-futboleras para señalar que no siempre se puede y las distancias en el futbol se han acortado, pero el cliente de esta industria tiene entre sus derechos el ilusionarse y pedir, dentro de un marco legal, que los suyos cumplan eso que parecería obligatorio.

Estaremos entonces, muy al pendiente del discurso previo al debut de Diego Cocca.
Que no vengan ahora, a contar chiles.

LILLINI CANDIDATO

Fue presentado en su momento como un bran trabajador de fuerzas básicas de clubes en varios países. No se pone en tela de juicio.

En los últimos años abrazó la dirección técnica en la primera división de la Liga MX con resultados apenas aceptables con algunos “golpes de efecto.”

¿Suficientes para tomar el cargo de las selecciones sub-23 de México?

¿Esta categoría, sigue siendo realmente formativa?

¿Qué otras características no detectadas por un servidor lo avalan?

Leo respuestas para un desconcertado servidor, por el hecho de que Andrés Lillini sea el principal candidato al cargo.

Entiendo que en México la meritocracia funciona poco, pero, por el amor de Dios o de quien crean: BÁJENLE DOS RAYITAS AL COMPLEJO DE INFERIORIDAD.

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