Ante la crisis por la que atraviesa Venezuela, la iglesia católica llamó a la paz y la unidad y convocó a todas las personas de fe a unirse en oración para que la democracia y la paz prevalezcan en ese país y para que los políticos y ciudadanos encuentren el camino a la reconciliación.

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“Nos sumamos al llamado de la Conferencia del Episcopado Mexicano a unirnos en la jornada de oración recordando las palabras del Papa Francisco: la oración nos ayuda a amar a los demás a pesar de sus errores y pecados”, señaló el editorial del semanario Desde la Fe, editado por la arquidiócesis primada de México.

Agregó que el pueblo venezolano vive un ambiente político y social complejo tras las elecciones del pasado 28 de julio, pues la autoridad electoral asegura que el presidente Nicolás Maduro fue reelegido con más de 50 por ciento de los votos, mientras que la oposición asegura que poseen una copia de las actas de escrutinio que le da el triunfo a Edmundo González con más del 70 por ciento de los votos.

Desde que se dio a conocer el resultado, las manifestaciones y enfrentamientos han dejado al menos 11 muertos y cerca de mil detenidos, de acuerdo con la organización no gubernamental Foro Penal.

“La paz no puede ser negociable en un proceso electoral. Como asegura el Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti, la buena política debe estar al servicio del pueblo y los líderes políticos deben promover la paz y el bien común.

Quien sea que tome el poder en Venezuela, tiene el importante rol de pacificar y unificar a una sociedad dividida y confrontada por la desigualdad y la inconformidad”, enfatizó.

Asimismo, exhortó a alcanzar la paz y la unidad en Venezuela, para que la democracia y la paz prevalezcan en ese país y para que los políticos y ciudadanos encuentren el camino a la reconciliación.
“Oremos por los gobernantes y por las autoridades electorales; por los políticos aspirantes y en turno.

Oremos por que prevalezca la verdad y el bienestar del pueblo por encima del deseo de poder. Pero, sobre todo, oremos por todos los ciudadanos que se encuentran en medio de una disputa electoral”, refrendó.

Finalmente acotó que, como enseña la doctrina social de la Iglesia, una auténtica democracia es solamente posible en un estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana.