Molestó al Ejército captura de Cienfuegos; AMLO intervino, pero dice que EU no avisó

19, noviembre 2020

Andrés Manuel López Obrador tiene terror a un golpe de Estado.

Así lo ha demostrado.

¿De quién?

Del Ejército.

Desde aquel desayuno de octubre de 2019, cuando el general Carlos Gaytán Ochoa manifestó la inconformidad de los militares con el trato recibido por el nuevo gobierno.

Lo ha dicho en diversos discursos, acusando a la derecha, a los conservadores, y citando pasajes de la campaña y elección de 2006, que se robó Felipe Calderón Hinojosa, con aquel 0.56 por ciento.

Por eso, por la presión de la milicia mexicana, porque la elite estaba molesta por el temor a ser los siguientes y por el desprestigio del Ejército se negoció con Estados Unidos la ley.

Esa molestia, que incluso Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), reconoció ayer entre la elite, no entre la tropa, obligó al gobierno federal a intervenir.

Y hasta del actual secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval.

Perdón, la liberación del general en retiro Salvador Cienfuegos Zepeda,  secretario de la Defensa en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Andrés Manuel pasó de señalar durante la campaña – y antes- para las elecciones presidenciales de 2018 al Ejército y a la Marina de cometer masacres y de matar jóvenes -reclutados por el narcotráfico y el crimen organizado-  y de advertir y prometer que volverían a los cuarteles, a consentirles.

A convertirles en la base de su gobierno.

Como dice la frase que, por cierto me disgusta, pero cito, se sentó en el Ejército.

Alguna ocasión hasta dijo que, si por él fuera, lo desaparecería.

Hoy hace de todo.

Construye, vigila, es base de la Guardia Nacional.

La dirige -pese a que se dijo que el mando sería civil- y combate al narcotráfico y al crimen.

-La mayoría de los masacrados en Tepic por la Marina eran jóvenes, tuiteó en 2017, en referencia al operativo en el que se abatió al capo H2 del cártel de los Beltrán Leyva, y en que se utilizó hasta un helicóptero para abrir fuego contra una casa en la que se hallaba el malandrín.

Las críticas de Gaytán Ochoa, quien manifestó el malestar de los integrantes de las Fuerzas Armadas en ese encuentro matutino de 2019, alertaron al ocupante de Palacio Nacional.

Y, entonces, lo repitió una y otra vez en sus conferencias mañaneras y hasta en su informe de gobierno.

Por eso los mima, los apapacha.

Esa molestia, que Monreal reconoció ayer, obligó al gobierno federal a intervenir.

Ayer, Andrés Manuel López Obrador y su carnal Marcelo aseguraron que no es un pacto de impunidad, que no hay nada oculto y que todo comenzó con  la violación a los acuerdos bilaterales vigentes y de que no se informó al gobierno mexicano.

Y Andrés Manuel soltó una frase clave:

-No se trata sólo del general Cienfuegos. Está de por medio el prestigio de una secretaría fundamental para el Estado mexicano, que es la Secretaría de la Defensa, y no es cualquier cosa. No podemos permitir que sin elementos se socaven nuestras instituciones fundamentales.

Todos los gobiernos, no sólo en México, sino en el mundo, el ejército es fundamental, clave.

Y sí, el gobierno de López Obrador, la 4T, tiene como base al Ejército y a las Fuerzas Armadas.

 

Vámonos: Ahora la UIF, de Santiago Nieto, podrá congelar cuentas sólo con indicios. Facultades de juez.

 

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