Pedro Peñaloza

Usted no es solamente responsable de lo que dice, sino también de lo que no dice. Lutero

La acción armada avalada por AMLO para detener a Ovidio Guzmán “el Ratón”, dejó como saldo 29 muertos, 35 militares heridos, 21 detenidos, diez de las víctimas mortales eran integrantes de la fuerzas armadas y decenas de desaparecidos del poblado de Jesús María, según denuncian sus habitantes. Por cierto, no le importó al inquilino de Palacio que en el operativo los militares dispararon ráfagas a diestra y siniestra desde un helicóptero. No olvidemos su protesta cuando se realizó un ataque similar en Nayarit en 2017 contra una célula de los Beltrán Leyva. Esa doble moral.

El general Cresencio Sandoval presumió frente a su jefe, que, “la detención de Ovidio, líder de la fracción de “Los Menores”, representa un golpe contundente a la cúpula del poder del Cártel del Pacífico, producto de seis meses de trabajos de reconocimiento y vigilancia en el área de influencia de este grupo criminal”. Sin embargo, la crónica de los hechos lo contradice, ya que la versión difundida es que la detención fue cuando una patrulla de reconocimiento se topó con camionetas tipo pickup, algunas con blindaje artesanal, y se dio el enfrentamiento.¿Cómo fue en realidad el operativo? ¿ estaba en un retén o iban por él? Nadie explica eso.

Otro aspecto que pone en duda la versión del general Sandoval, es el hecho de que, según un documento que posee la revista Proceso (núm. 2410), desde octubre de 2021, el hijo menor del Chapo se paseaba en la Ciudad de México, como lo señala un informe de las propias fuerzas castrenses, que describe que “cada jueves Ovidio Guzmán acudía a comer una malteada en la sucursal de Cheesecake Factory, ubicada dentro de Parque Delta, ya que le encantaban y nunca faltaba”. Además, dice el semanario, que un grupo de sicarios contratados por Ismael el “Mayo” Zambada y Rafael Caro Quintero lo seguían para emboscarlo.

Es decir, resultaron mejores sabuesos los rivales del “Ratón” que los militares, o quizá, a éstos no les interesaba detenerlo en ese momento. Dichos sicarios fueron detenidos, a fines de octubre de 2021, por efectivos de la Marina y la Sedena, en la colonia Nápoles de la CDMX, y confesaron todo.

La aprehensión de Ovidio exhibe a un gobierno que juega con los tiempos políticos para actuar contra el narcotráfico. Tal vez la alianza de AMLO es sólo con el “Mayo” Zambada. Es como en las pasadas administraciones: un acto espectacular y un distractor que ganó una palmadita de Biden. No más. El negocio sigue.

@pedro_penaloz