Panorama Agroalimentario

10, enero 2023

Luis Fernando Haro Encinas

Inicia un año más en el cual para el sector agroalimentario mexicano representará nuevos desafíos que enfrentar y seguramente nuevas oportunidades que aprovechar; el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania seguirá presionando la inflación que se vive a nivel mundial; las perspectivas de los impactos del cambio climático seguirán influyendo de manera importante en la oferta mundial de alimentos, y la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 aún sigue teniendo consecuencias que afectan el crecimiento y desarrollo de las naciones.

El principal reto que existe es como poder atender la creciente demanda de alimentos de la población mundial; el poder aumentar la oferta de alimentos ante un escenario complejo de escasez de recursos naturales; de degradación de los suelos; de una inflación que afecta los costos de producción y de algunas corrientes ideológicas que intentan prohibir el uso de plaguicidas y fertilizantes químicos que son necesarios para la producción de alimentos.

Sin duda existen serias contradicciones en cómo lograr una transformación de los sistemas agroalimentarios para lograr la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental; lo que es un hecho, es que la evolución de la agricultura y el aumento de la producción de alimentos y la productividad se ha venido dando mediante la innovación tecnológica. A través de la historia se ha incrementado mediante el nuevo conocimiento y la ciencia aplicada en el campo; aquí podemos señalar el mejoramiento genético, tanto en plantas como en animales; la tecnificación del riego; la modernización de la maquinaria e implementos; el uso de los sistemas de información y predicción climatológica; el desarrollo de nuevas moléculas para el control de plagas y enfermedades; la agricultura protegida; la utilización de drones y satélites; el manejo integral y la investigación en nuevos sistemas de producción; en suma, lo que hoy llamamos la agricultura inteligente.

En esta contradicción y dualidad existen corrientes ideológicas que pretenden prohibir todo el uso de esa agricultura moderna y de los avances tecnológicos, satanizándolos como los grandes destructores del medio ambiente y de los recursos naturales, así como causantes de enfermedades y daños para la población. Es curioso cómo se pretende hacer creer que los productores son el problema, cuando de ellos depende la alimentación de la humanidad y precisamente al utilizar la innovación tecnológica es como se puede lograr una producción más sustentable, mediante el manejo más eficiente de los recursos naturales.

Los productores agropecuarios y pesqueros permanentemente están innovando y transformando sus sistemas de producción mediante practicas más sustentables; la única forma de poder atender la creciente demanda de alimentos y aumentar su oferta es mediante la ciencia y la innovación tecnológica; no será mediante la prohibición de herramientas que hoy permiten un nivel de rentabilidad adecuado para continuar en esta actividad; el reto es cómo de manera gradual se validan nuevas tecnologías, lógicamente más sustentables y amigables que por sí solas vendrán a seguir transformando los sistemas agroalimentarios; no hay que olvidar que para el 2050 seremos casi 10 mil millones de habitantes; no tenemos más tierra, ni más recursos naturales; lo que tenemos que hacer es elevar la productividad por unidad de superficie, por unidad animal y por metro cúbico de agua que utilicemos, dejemos de ver hacia atrás queriendo imponer prácticas ancestrales que en su momento eran suficientes y adecuadas; hoy el reto es alimentar al mundo y no generar una real crisis alimentaria con las consecuencias catastróficas que esto traería para la humanidad.

Ing. Luis Fernando Haro Encinas

Director General Consejo Nacional Agropecuario