Polvos de esos lodos

30, noviembre 2022

CATALINA NORIEGA

Lo mismo da si fue un millón que uno doscientos. Las implicaciones de la marcha de la venganza de AMLO, varían de acuerdo a los analistas y cada quien busca tener la razón en un debate que, en menos que cante un gallo, se irá al baúl de los olvidos. 

Así ha sido en esta administración que, día a día, desde el púlpito palaciego, marca discusiones que acaban siendo estériles, en razón de que, los asuntos de verdadero interés para el país y la sociedad, permanecen intocados. 

Poco o nada se habla de la verdad de la violencia, de la forma en que las mafias se apoderan de regiones completa del territorio, en las que “gobiernan” a su antojo, sin que haya autoridad alguna que les ponga un alto. Cada semana sale la secretaria de seguridad a dar un recuento de las cifras del delito, en general siempre “a la baja”, situación que no se la cree ni quien enseña unas coloridas gráficas, que deberían estar siempre en rojo. La realidad es que el número de feminicidios, de asesinatos, de extorsiones, asaltos y robos, de todo aquello que azota a una ciudadanía inerme frente al poderío de los malosos, es escandaloso. Vivimos en la plena incertidumbre. 

De los desaparecidos ni qué decir. Se ignora a los tantos grupos de mujeres buscadoras de sus seres queridos y no sólo se les invisibiliza, sino que muchas han muerto a manos de quienes seguramente le esfumaron a su familiar. Persiste una violencia generalizada, que se acicatea constantemente, desde esas mañaneras llenas de odio y divisionismo. De lo que se trata es de mantener desunida a una población, como se dejó constancia con su archi mentada marcha. 

El tabasqueño volvió a sus viejos hábitos de intentar engrandecerse a fuerza de llenar plazas. Muy sano debe estar -o lo sostuvo el ataque de adrenalina- para aguantar seis horas entre empujones, a pleno sol y con el único acicate de llegar a la Plaza de la Constitución y echar uno más de sus eternos y aburridísimos choros.

Culminó con una sarta de datos falsos, que pintan una utopía en la que pocos aztecas habitan. Hartos de las horas de caminata a paso de gallina, a sus palabras se las llevó el viento, porque gran parte de la multitud salió corriendo. Los que acudieron a fuerzas, más que hartos y los otros igual cansados de tanto apretón y ahogo. 

Dejó en claro que sólo gobierna para quienes están con él, actitud impasable en un presidente que debería hacerlo para todos. También hizo patente su empecinamiento en la eternización de la 4T, con el despliegue de fuerza que supuso el inicio de la campaña para las próximas elecciones y la confirmación de que les va a meter toda la fuerza del estado. 

Si, con el cinismo más absoluto, se hizo alarde del acarreo, qué importancia tendrá el que se metan los dineros, servicios y bienes oficiales en las campañas de sus elegidos. A ellos se les permite ignorar la ley y seguirán desviando recursos, sin ni siquiera hacer la finta por ocultarlo. 

Con el servilismo de sus lacayos gobernadores, presidentes municipales y funcionarios de todos los niveles, se trasladó a miles de personas hasta el zócalo capitalino. A nadie escapa el alto costo de una movilización y la propaganda fue tan burda y vasta, que infestó hasta el último rincón.  

¿En el fondo de su alma, creerá que en verdad se le “adorará” para siempre? A rey muerto rey puesto y debería releer la historia nacional, para ver dónde quedaron presidentes que supusieron lo mismo. 

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