Populismo, polarización, autoritarismo e ignorancia, un coctel muy peligroso

7, enero 2021

Lo visto ayer en Washington parece el colofón de una historia  de populismo, de autoritarismo, de ignorancia, de egolatría, de clasismo, de nacionalismo exacerbado, de xenofobia y de violencia.

De demencia.

El nazismo en Alemania, el franquismo en España y el fascismo en Italia mostraron en el siglo XX lo riesgoso de exacerbar el nacionalismo y la superioridad, supremacía y pureza de raza.

Donald Trump se encargó durante cuatro años de polarizar, de dividir a la sociedad estadunidense, de por sí racista y con complejo de superioridad, entre blancos, negros, delincuentes hispanos, mayoritariamente mexicanos, asiáticos muertos de hambre y el resultado fue visto ayer.

Su discurso de fraude y robo en las elecciones presidenciales de noviembre pasado, manejado desde meses antes, y sin mostrar prueba alguna, continuó ayer cuando en el Congreso estadunidense se aprestaban a ratificar la victoria del demócrata Joe Biden.

Cuando faltan sólo trece días para que termine el gobierno del que será recordado a partir de ayer como el peor presidente en la historia de Estados Unidos, aún se niega a irse y a reconocer su derrota.

Y la respuesta de esos que considera adversarios y que ataca todos los días, políticos, periodistas, y hasta de sus correligionarios y aliados en esta ya trágica aventura- ayer hubo cuatro muertos- es a favor de la democracia, del Estado, que Trump todavía intentaba violentar cuando exigió en twitter y en su discurso mañanero al vicepresidente Mike Pence hacer todo lo que estuviera a su alcance para evitar que se ratificara la victoria de Biden.

A México lo ha maltratado un día sí y otro también.

En el gobierno de Enrique Peña Nieto utilizó durante su campaña y su gobierno a los mexicanos para ganar adeptos y prometió construir un nuevo muro fronterizo que, dijo, pagaría México.

-Cuando México envía a su gente, no envía lo mejor, no los envía a ustedes. Están enviando gente con montones de problemas. Están trayendo drogas, están trayendo crimen, son violadores y algunos asumo que son buenas personas, pero yo hablo con guardias fronterizos y eso tiene sentido común, ha dicho.

Make America great again (Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo) fue su frase de campaña y ésta encierra todo lo señalado.

Lo visto en Washington es una señal de alerta para México y su sistema político.

Si la potencia, que aún es Estados Unidos, se cimbró, imagine lo que podría suceder en México si Andrés Manuel López Obrador mantiene ese discurso igualmente divisionista y polarizador.

Todos los días critica a los adversarios, a los conservadores, a los inconformes con el fin del régimen anterior y reitera una y mil veces que los ricos son malos -no todos, aclara- y que los pobres son buenos.

La condena mundial fue generalizada.

Desde Justin Trudeau, premier de Canadá, hasta Ecuador, Chile o Costa Rica.

¿Y México?

Tal como sucedió cuando Biden triunfó, Andrés Manuel o el canciller Macelo Ebrard no se han manifestado.

Y eso podría ser contraproducente en la relación con el nuevo gobierno estadunidense.

 

Vámonos: El semáforo rojo en la CDMX y el Estado de México es una farsa. A los comerciantes, empresarios y negocios formales se los aplican y a los ambulantes y todo tipo de negocio informal no.

 

albermontmex@yahoo.es                    @albermontmex