AIDA RAMÍREZ
Foto: Cuartoscuro
Prohibir la exhibición y venta de determinados productos, como los cigarros, originaría un mercado negro tan grande que serviría para financiar al crimen organizado y afectaría las ventas de más de un millón 200 mil pequeños comercios, afirma Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec).
En entrevista con Ovaciones, asegura que este gobierno no entiende que por la vía de la prohibición “no se alcanzará nada” y que, más bien, “se requiere educación y campañas inteligentes y persuasivas con las que se logre disminuir la compra de este y otros productos”.
Y es que, el 3 de noviembre pasado venció el plazo para que la Cofepris publicara las modificaciones propuestas al Reglamento de la Ley General para el Control del Tabaco, que prohíbe exhibir las cajetillas de cigarro aduciendo que ello es publicidad, y sobre las cuales hizo la consulta pública respectiva la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).
De ahí que, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes no descarta que para el próximo año la Cofepris presente una propuesta modificada.
Pero confía que en esta ocasión tome en cuenta los argumentos de los pequeños negocios, como el hecho de que la no exhibición de determinados productos, como los son los cigarros, impactaría en las ventas de los pequeños comercios, “afectando la reactivación económica, más aún en alrededor de 25 estados que siguen sin que avance su economía”, afirmó Rivera, por lo que el panorama no se ve positivo, en estos tiempos en que la inflación ha estado al alza, “tenemos un escenario muy complicado como para agregar más piedritas u obstáculos en el camino, como sería esta propuesta que no tiene ningún sentido”.
El presidente de la Anpec recordó que el mercado de los cigarros tiene gran relevancia en el país, además de que su venta está completamente regulada, por lo que “esconder” las cajetillas, como señala la propuesta del gobierno federal, sería ir contra la Ley y de hacer lo que se pretende, se estaría afectando las ventas generales del mes de cada unidad, entre un 15 a 25 por ciento.
“Porque la gente no nada más va a comprar cigarros o la cajetilla, compran el encendedor, compran chicles, papitas, compran un refresco, otras cosas, por lo que es la venta directa e indirecta que provoca la ida a comprar cigarros, se pondría en juego, aproximadamente entre dos a dos mil 500 pesos de utilidades al mes para una tiendita que busca ganar entre ocho y 10 mil pesos de utilidad al mes, y para ello debe vender entre 30 y 40 mil pesos”, explicó.
Mientras que por dicha situación las ventas podrían caer entre ocho y 10 mil pesos mensuales; por lo que, aseveró Cuauhtémoc Rivera, se tendría que vender tres veces más de lo que se pretenda ganar.
Y si bien no considera que ello propicie el cierre masivo de tienditas o changarros, el gobierno federal debe observar que insistir en dicha propuesta “sería un jaque mate”.
Porque “ahorita –los comerciantes- no están jugando a perder, sino que se está buscando salir adelante, y si con lo que se está ganando no se puede, digo, ganando menos pues obviamente es jaque mate. Pero además la propuesta es anticonstitucional y se va en contra de lo que se dice en el discurso general de la política económica del sector”.
Por ello, Cuauhtémoc Rivera advierte que, de insistir el gobierno federal con esta modificación de no exhibir productos como los cigarros, se estaría propiciando “un mercado ilícito, un mercado negro, informal con el cual, finalmente y como todo mundo sabe, estaría financiando al crimen organizado, porque al final, la gente no deja de consumir estos productos”.
Puntualiza que es bien sabido que, por la vía de la prohibición nada se logra, además de que este gobierno iría contra sus principios de no prohibir, por lo que considera que más bien se debería educar y establecer campañas inteligentes y persuasivas para que la gente sepa lo que pasa por fumar, comer comida calórica o ingerir bebidas gaseosas.
