¿Qué se presume en palacio?

1, septiembre 2022

Pedro Peñaloza

 

Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje.

Aldous Huxley

Las personas que se caracterizan por su coherencia entre lo que dicen y lo que hacen podemos llamarlas íntegras; aunque sea un ideal, los servidores públicos, para que exista verdadera justicia y responsabilidad, además de conocimientos y saberes, deben cumplir con sus plataformas electorales y sus compromisos verbales.

El caso específico del presidente López Obrador, representa un ejemplo evidente de la distancia entre las promesas electorales, sus peroratas en plazas públicas y  el ejercicio práctico del poder. Ya hemos observado que su gestión ha sido un homenaje al incumplimiento de sus propios ejes de campaña. Un breve recuento muestra el nivel de su demagogia. Veamos:

Su  discurso contra la “ mafia del poder” fue tan falso que ahora los “odiados” dueños del dinero integran su comité asesor empresarial y tienen jugosos contratos con el gobierno, de manera destacada Carlos Slim y Salinas Pliego; de su vistosa promesa de que la gasolina tendría un precio de “10 pesos por litro”, hoy ese compromiso estalla con la realidad, cuando está en más del doble; y, qué decir del oasis prometido, la economía creciendo al 4%, cuando ya antes de la pandemia los dígitos mostraban una caída y ahora las cifras más serias proyectan, en un escenario optimista, entre el 2 y el 2.5; en la asignatura de la seguridad pública y la expansión de la delincuencia organizada, la crisis no sólo está en la percepción, sino en las cifras oficiales y en las que analizan organismos de la sociedad civil.

En relación a su promesa de regresar los militares a sus cuarteles, no solo mintió, se corrió a la derecha más rancia y militarizó grandes espacios de los circuitos del Estado.

Su lema “primero los pobres”, contrasta con el crecimiento de 4 millones de personas en precariedad, según organismos oficiales; en la órbita de la desigualdad social se ha presentado un grosero distanciamiento entre los deciles, cuyos detonantes pudieron ser la protección gubernamental a las minorías más ricas, junto con la negativa a una reforma fiscal que pueda redistribuir la riqueza, así como la quiebra de las pequeñas y medianas empresas, que sumaron un millón, producto, entre otras variables, del abandono y desprecio del gobierno en la pandemia, con el consiguiente desempleo o subempleo y la contracción salarial.

Hoy, en el cuarto informe, seguramente se escucharán autocomplacencias, se lanzarán lisonjas y se darán palmaditas los beneficiarios de este desastre. ¡Qué  carajos festejan en los pasillos de Palacio!

pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz