Reactivación de enjambre sísmico generó microsismos de la semana pasada

17, diciembre 2023

PATRICIA RAMÍREZ

Foto: Gaceta UNAM

Los microsismos que se han sentido en la Ciudad de México y que incluso han ocasionado daños en algunas construcciones, sobre todo al sur y poniente de la capital, pese a su baja intensidad, son resultado de la reactivación del llamado enjambre sísmico, dio a conocer el jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN), entidad adscrita al Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, Arturo Iglesias Mendoza.

El especialista precisó que su ocurrencia no es nueva y estos microsismos, de alrededor de magnitud 3, son superficiales, de características y magnitudes equivalentes, y ocurren en el Eje Volcánico donde vivimos.

Explicó que el pasado 12 de diciembre los capitalinos padecimos la reactivación de una secuencia o enjambre sísmico, que en marzo y abril empezó a generar algunos fenómenos en el poniente de la Ciudad de México, específicamente en la zona de Plateros y Mixcoac.

Y aunque en los últimos días las personas sintieron tres movimientos, los equipos del Sismológico detectaron 11. “Es importante decir que desde hace un par de años tenemos en el país una red sísmica muy mejorada que compartimos con varias instituciones y que, gracias a un esfuerzo del gobierno de la Ciudad de México, ha logrado conjuntar muchos más datos que recibimos en tiempo real”, dijo

De este enjambre, tres movimientos telúricos se percibieron claramente y en total se registraron 11, ocho de ellos prácticamente imperceptibles, agregó el también investigador y exdirector del IGf.

En ocasiones, es común tener varios en corto tiempo, lo que en sismología se le conoce como enjambre o secuencia, y en ellos numerosas veces tienen magnitudes parecidas. “No necesariamente hay un sismo grande y luego réplicas, sino que a veces ocurren temblores de tamaños equivalentes y del mismo origen, que probablemente correspondan a la misma falla”, precisó.

Asimismo, el especialista dejó en claro que estos sismos superficiales, que tienen características similares, tan sólo en la década de 1980 se documentó una secuencia similar en la misma región, pero lo que ha cambiado desde entonces es la capacidad de registro, que ahora se ha incrementado.

Las magnitudes de esos microsismos fueron bajas y similares: de 3, 2.8 y 2.4, aunque no se sabe si los enjambres o secuencias pueden presentarse en sismos de mayor intensidad. Y aunque se sabe que la intensidad de un sismo está relacionada con el tamaño de la falla, el mapeo de las fallas en la Ciudad de México es complicado porque la urbe está encima.

“Tenemos certeza en los catálogos de que en los últimos más de 100 años de datos que tenemos en el Sismológico no hay información instrumental de sismos más grandes que los registrados en mayo de este año”, acotó el especialista tras explicar que es imposible anticipar el día y la hora de ocurrencia, inclusive de su localización.

“Como la gente notó, se sienten de manera intensa en la zona epicentral, aunque rápidamente se atenúan las ondas, y en lugares como Iztapalapa ya no se perciben. Por fortuna, hasta ahora, no han causado daños considerables, por lo que debemos estar tranquilos pero alertas”, recomendó.
Iglesias Mendoza recordó que en el SSN se reportan, en promedio, 80 sismos al día en el país, aunque de la mayoría no se percata la población.

El especialista mencionó que la magnitud es un parámetro importante, pero también lo es la profundidad. “La razón es que cuando las ondas de un sismo viajan a cierta distancia se atenúan, afortunadamente. Por eso no sentimos sismos de Japón, por ejemplo”, precisó.