LUIS HUMBERTO FERNÁNDEZ

El pasado lunes, regresamos a clases en todas las escuelas de la Ciudad de México, más de 1.4 millones de estudiantes, así como maestras y maestros de educación básica. Este regreso a clases se dio en armonía, buen ánimo y esperanza, y con una característica en particular: el inicio de la aplicación del nuevo modelo educativo, que se trata de una forma diferente de aprender y enseñar en la cual hay un programa sintético, que es el programa general a nivel nacional que marca las pautas; y posteriormente hay un programa analítico, que es el que desarrolla cada escuela en cada comunidad adecuado a su contexto y a sus necesidades, en la que el libro de texto es un apoyo que ofrece proyectos y herramientas pedagógicas. Para llegar a este punto, fue necesario el trabajo en Consejos Técnicos desde hace varios meses en cada una de las escuelas de la Ciudad, preparando y formándose para este nuevo modelo.

Este regreso a clases es la materialización de un proyecto más amplio que tiene tres vertientes muy claras. La primera es la creación de un marco normativo adecuado a través de la reforma constitucional, las leyes secundarias y los acuerdos administrativos que apoyan en su aplicación; el segundo es el aspecto pedagógico con la elaboración de Planes y Programas, los libros de texto y el trabajo en Consejos Técnicos; el tercero y fundamental son los programas sociales tanto federales como de la Ciudad de México, como el Bienestar para niñas y niños, Mi beca para empezar, con el que se apoya hasta con 650 pesos a todos los alumnos, el Programa Mejor Escuela-La Escuela Es Nuestra, internet gratuito en todas las escuelas, alimentos fríos y calientes y otros beneficios como el seguro estudiantil VaSegur@. El punto es que es una visión integral, social y de transformación.

A este proyecto integral por parte del Gobierno Federal y de la Ciudad se suman esfuerzos de la iniciativa privada, como el de la Fundación Baillères, que está apoyando en la construcción de tres escuelas en Iztapalapa e interviene en otras de Coyoacán; o DiDi, que donará 20 mil viajes con descuento a docentes como parte del reconocimiento a su labor, entre muchas otras acciones.

Si hay un oficio en desprestigio, hoy son los evangelistas de la catástrofe, rama especializada de los malquerientes que deseaban y esperaban un caos en la Ciudad, lo que nunca pasó. La realidad es que todas las escuelas están en clases y se repartieron casi 5 millones de libros de texto gratuito a estudiantes. Regresamos a clases con ánimo, esperanza y optimismo. Por todo esto: ¡feliz regreso a clases!

Nota a pie: los que no mostraron ninguna educación fueron las dirigencias del Frente Amplio por México, al bajar de forma tan grosera y absurda a Beatriz Paredes, lo que muestra una falta de respeto a una mujer con trayectoria y exhibe que es un grupo de machuchones sin más proyecto que la voracidad propia y un PRI que renunció a cualquier mínimo de formas y dignidad. Como Cronos se comió a sus hijos, la burocracia está acabando con los ya pocos liderazgos que tenía, como Lili Téllez, Creel y ahora Paredes. ¡Van bien, síganle así!

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