Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa electa de Cuauhtémoc acusó al magistrado presidente interino del Tribunal Electoral de la Ciudad de México, Armando Ambríz y al magistrado Osiris Vázquez de atentar en contra de sus derechos al intentar, nuevamente, revertir el resultado electoral del pasado 2 de junio.

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La candidata electa, quien tenía una reunión programada con los magistrados del Tribunal electoral vía remota, a la cual no se conectó el magistrado presidente interino “porque estaba esperando la resolución de un caso que lleva”, advirtió que le fue negada por parte de él el derecho a presentar sus argumentaciones en busca de defender el resultado electoral, del cual resultó electa.

A través de sus redes sociales, una vez que concluyó la reunión vía remota, Rojo de la Vega dijo que “me encantaría decir que me siento a gusto teniendo este diálogo con ustedes, sin embargo las acciones específicamente las suyas magistrado Ambriz y Vázquez no sólo han atentado contra mis derechos sino también han golpeado la decisión libre de los vecinos de la alcaldía Cuauhtémoc y se han convertido ustedes dos en cómplices de la injusticia y la persecución política en mi contra”.

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Advirtió que sus actitudes hacen que la ciudadanía, principalmente las mujeres desconfían del sistema de justicia “porque han venido demostrando con sus acciones, que en este país vale más un apellido bien conectado que la voluntad de cientos de miles están siendo parte de este sistema que mantiene a México hundido en esos males que todos vemos”.

La alcaldesa electa señaló que un cargo público no es para servirse sino para servir a la ciudadanía, por lo que las instituciones deben ser utilizadas para garantizar la justicia y no utilizadas para hacer una persecución.

Por lo anterior indicó que los dos magistrados “no han sido justos sino serviles y ustedes mismos lo han mencionado en distintas mesas, con varios amigos suyos. No se han comportado con legalidad sino con lealtad, esa que le deben a unos pocos”.

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Rojo de la Vega señaló que las acusaciones que hace su ex contrincante electoral Caty Monreal no son violencia política de género, ya que tan sólo se refirió a ella por su apellido.

“Considerar violencia política de género llamar a alguien por su apellido y decir que alguien es parte de su familia, misma que, por cierto, violentó a una servidora por meses, es capaz de todo sentido moral y legal”.

Dijo que aunque la ciudadanía le había pedido que no buscara una reunión para presentar sus alegatos, “porque creía que no tenía caso venir a hablar con ustedes y no habría forma de sacarlos de sus malas actuaciones”, refirió que ella apostaba a pensar que “no es verdad que todavía hay algo de conciencia”.

Finalmente les pidió reflexionar sobre lo que les interesaría a los dos magistrados en el futuro, si es pasar a la historia como alguien que actuó con justicia o por las dos personas que decidieron actuar en contra de las justicias al no saber resistir a las presiones a las que han sido expuestos en busca de que se anule la elección.